viernes, 18 de noviembre de 2016

Declaración de la LCT, sobre el acto del FIT en Atlanta:

¿Elecciones el año que viene, u organizar la resistencia con la táctica del Frente Único Obrero?

Si el triunfo del Brexit -votación que dió como resultado la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea- hace pocos meses, demostró lo profundo de la crisis capitalista mundial y los pies de barro que tiene esa unión capitalista de países europeos para poder soportarla, el triunfo de Donald Trump, en los EE.UU., es una vuelta más de rosca en esa misma dirección. Pero se trata de la potencia económica capitalista más importante del mundo, de allí que las medidas que se tomen en los EE.UU. tendrán una implicancia mucho más profunda sobre todas las economías nacionales, y más aún de los países semi-coloniales como el nuestro, estén o no directamente conectadas a través de los tratados comerciales. Este marco internacional de recesión y de mayor proteccionismo de las potencias imperialistas no es precisamente el mejor para suponer que vendrán inversiones o que se conseguirán nuevos mercados para la producción argentina. Peor aún, la tendencia será hacia la pérdida de mercados, y de volumen exportable, del encarecimiento del préstamo internacional, y habrá más devaluación -ya devaluaron México y Brasil- y con ello una nueva pérdida salarial y mayor desocupación.
En este contexto la burocracia sindical de la CGT dejó pasar los despidos en estatales y privados y la baja salarial de más de un diez por ciento sin hacer nada. La jornada del 18 de noviembre, donde la CGT convocó a una marcha al Congreso de la Nación, es un acto más de los aparatos sindicales sin propuestas de lucha concreta. Están más atrás que en el acto que realizaron el 29 de abril, donde todos los burócratas sindicales prometían que, de vetarse la ley contra los despidos, iban a parar. Macri vetó la ley, y nada de eso ocurrió. Y ahora no son capaces ni de luchar por un bono de fin de año, no remunerable, de 2.000 pesos para todos. Te quitan el pan de las manos y los burócratas de la CGT están tan entregados que no pelean ni por las migajas que quedaron en la mesa.
Las CTA's, como es su histórica costumbre, llaman a paros inofensivos que no tienen ninguna continuidad, y a gastar zapatillas en cansadoras marchas de protesta junto a sectores de la Iglesia y a empresarios. Con la misma Iglesia que apoya al gobierno y los mismos empresarios PyMES que piden más flexibilización de las condiciones laborales.
Frente al ajuste la izquierda clasista no tuvo casi reacción. En la autocrítica de Altamira, dirigente del PO, de que en el año no hicieron nada conjuntamente las fuerzas del FIT para enfrentar el ajuste, hay un reconocimiento pero también una lavada de manos, porque termina de echarle toda la culpa al PTS de que no hayan podido luchar. Olvidándose que, cuando el PTS y el Nuevo MAS se bajaron del Encuentro Obrero de marzo, el PO les siguió el camino cuando lo correcto era mantener el Encuentro Obrero junto a Izquierda Socialista, los Aceiteros, la Línea 60, Ferroviarios, etc. El PTS hace lo mismo al echarle la culpa a Izquierda Socialista de que no defendió a Dilma en Brasil, al no considerar que el “Impeachment” sea un golpe parlamenta-rio, y por eso el PTS no fue al acto unitario del 1ro de Mayo.
Pero en marzo tanto el PO, el PTS, y el Nuevo MAS se esforzaron por frenar el proceso hacia la unificación por las bases que venía avanzando, cuando sabotearon desde la organización al Encuentro Obrero convocado por el Sindicato de Aceiteros, y la Comisión Interna de la línea 60 entre otros. Izquierda Socialista tuvo una posición más unitaria pero, como sus compañeros electorales no lo impulsaban, retrocedió. Mantener las buenas relaciones para el frente electoral, y los fines electorales, fue más importante que jugarse a llevar adelante el Encuentro Obrero, lo que hubiera podido ser el puntapié inicial hacia un Congreso Obrero de Delegados de base.
De allí que la crítica que hace el MST a este acto en Atlanta, al ser éstos parte de la directiva de la CTA, no tiene ningún sustento, ya que son más electoralistas que el FIT y al estar -junto al PCR/CCC- con la burocracia sindical, no quieren impulsar ningún Congreso Obrero de Base para enfrentar el plan ajustador del gobierno de Macri. De igual forma, y aunque tengan razón el Nuevo MAS y otros, al considerar electoralista -y sectario al mismo tiempo- este acto, se trata sólo de una crítica vacía y contradictoria que no propone otra perspectiva de lucha, sólo hacer otro frente electoral de izquierda…más grande.
Como se ve, todos estos estériles debates cruzados de partidos y grupos, tienen algo en común: anteponer la táctica electoral por sobre la táctica del frente único obrero. Y cuando se dan cuenta de que la ofensiva estatal-patronal es brutal, y de la importancia de la unidad en las filas obreras partiendo de sus sectores más avanzados, al querer igualmente mantener la primacía del frente electoral, lo que buscan realizar es incluir al frente único dentro del frente electoral, y allí se exacerban las peleas de micro-aparatos por tener más control y prestigio -para después ser usado electoralmente-, y eso imposibilita una amplia política de frente único obrero e incluso, y por eso mismo, tampoco puede haber unidad obrera acotada a las fuerzas del FIT.
Todas estas fuerzas políticas se dicen socialistas y revolucionarias, pero no encontrarán ningún artículo, ni cita, ni nada, de los maestros del socialismo científico, que esté a favor de los frentes electorales permanentes, y ni hablar de que a dicho frente electoral se lo contraponga y privilegie ante el frente único obrero. Sin embargo, la desviación electoralista de las direcciones del PTS, PO e IS, no les permite más que privilegiar el frente electoral permanente para las elecciones aunque falten tres, dos o un año. Y por eso mismo tampoco pueden tener una política más amplia hacia sectores de masas, para bregar por un frente único obrero. Y más ridícula aún es la situación, porque tampoco pueden ni concretarlo internamente en un encuentro o plenario obrero. Y el Nuevo MAS, que no es parte del FIT, está igualmente adaptado al régimen democrático burgués, porque critica la parálisis del FIT, pero busca la solución por la derecha, o sea, no priorizando el frente único obrero para derrotar el ajuste, sino un nuevo frente electoral más amplio.
Pero tampoco se trata de romper la parálisis política haciendo algo sólo para estar en movimiento. De lo que se trata es de salir del impasse actual y encontrar el camino de la lucha que nos lleve a derrotar el ajuste, por lo tanto al gobierno, y por eso mismo, a que la crisis la paguen los capitalistas. Esto no se logra con que en el acto de Atlanta voten o acuerden dos o tres de los partidos que lo componen, tres o cuatro tareas o actividades; sino con un amplio llamamiento a poner en pie un Congreso Obrero de Delegados de Base, que convoque a los que luchan y organice para derrotar el ajuste, dando una salida obrera a la crisis. Dicho de otra forma; se trata de la lucha por el poder. Se trata de empezar a perfilar una política que apunte a organizar y movilizar a miles, a cientos de miles, a millones. Una política re-vo-lu-cio-na-ria.
La izquierda tiene poder para convocar un Congreso Obrero de Delegados de Bases: está el SUTNA bajo manos clasistas, el Ferrocarril Sarmiento con el Pollo Sobrero a la cabeza, la AGTSyP con Dellacarbonara al frente, el sindicato Ceramista de Neuquén, los múltiples SUTEBA’s Multicolor, la Junta Interna de Hospital Garraham, la Junta Interna del Ministerio de Hacienda, ADEMYS, SiPreBA, AGD-UBA, SITRAIC, Cresta Roja, la Línea 60 y la agrupación Al Volante, la FUBA que co-dirige el PO, los docentes y estatales de Tierra del Fuego que todavía resisten la represión, etc., etc. Los trabajadores necesitan este polo clasista del movimiento obrero que dé lucha contra el ajuste del gobierno y las patronales, y desenmascaren a las burocracias sindicales. Compañeros, impulsémoslo.

Por un Congreso Obrero de Delegados de Base, con representación de organizaciones de trabajadores desocupados y estudiantes en lucha
-Libertad y desprocesamiento de todos los luchadores sociales
-No al pago de la deuda externa con el hambre del pueblo trabajador
-Arranquémosle, al gobierno y las patronales, un aumento salarial que cubra el costo de la canasta familiar, indexado mensualmente
-No a los despidos – Luchemos contra los cierres de fábricas. Toma de fábricas y establecimientos frente a los despidos o suspensiones, imponiendo el reparto de las horas de trabajo – No a los vaciamientos de fábricas – Tomémoslas poniéndolas a producir y luchando por la nacionalización bajo control obrero de toda fábrica que cierre.
-Trabajo para todos – Reducción de la jornada laboral a 6hs, sin afectar los salarios
-Huelga General por tiempo indeterminado para derrotar al ajuste
¡¡¡Basta de políticos patronales y sus planes de hambre; por un Gobierno Revolucionario de los Trabajadores!!

¿Se puede realizar un Congreso Obrero de Delegados de Base?

Si se tiene comprensión y voluntad política no hay excusa para no realizar el Congreso Obrero de Delegados de Base. Sólo falta la voluntad, de los partidos de la clase y los dirigentes obreros luchadores, para fijar criterios comunes, de democracia y representación.
A nuestro modo de ver, el primero y más obvio de los criterios a tener, para que no sea aparateado el Congreso obrero por ninguna organización grande con compañeros que no son obreros, es que en éste deberían tener voz y voto todo miembro de organización sindical con cargo gremial, y de forma proporcional su tiempo de exposición. Por ejemplo; los delegados de base de cualquier sindicato con 5 minutos de voz, y los delegados generales de las estructuras que superen los 500 compañeros, 7 minutos; los dirigentes de seccionales sindicales 10 minutos y los compañeros de directivas nacionales 15, y 20 minutos para los secretarios generales. Así las intervenciones estarán niveladas conforme al peso de la representación. De igual forma con el criterio de un miembro un voto, no se menoscabaría a los compañeros que dirigen organizaciones grandes, porque no sólo tienen más tiempo de exposición, sino que las organizaciones más grandes, y si esa directiva sindical es realmente representativa, puede llevar mayor cantidad de delegados al Congreso, para hacer valer sus posiciones.
De igual forma las organizaciones de desocupados pueden, conforme a su tamaño, tener delegados y tiempo de exposición de los delegados de dichas organizaciones (un delegado de 50 a 100 compañeros, dos delegados de 100 a 500 compañeros, y tres o cuatro de 500 a 1000 compañeros, 5 delegados a las organizaciones de más de 1000 miembros) y de reconocidas agrupaciones sindicales de trabajadores no registrados. Con parecidos criterios de voto e intervención para los estudiantes centros de estudiantes, universidades y federaciones estudiantiles, etc.
Los partidos de la clase trabajadora (porque los partidos patronales no pueden participar) también deberían tener tiempo de exposición conforme a su tamaño. Por ejemplo, los grupos chicos el tiempo de exposición sería de un delegado obrero (5m), de dos o tres delegados los medianos, de 4 o 5 delegados los partidos que tengan presencia en 5 o 6 provincias, y de 7 u 8 los que tienen extensión y reconocimiento nacional. Pudiendo unificar el tiempo de exposición de todos, en una o dos intervenciones, si así lo quisieran. Esto tampoco va en contra de los partidos más grandes, porque al mismo tiempo tendrán docenas de intervenciones defendiendo sus posturas, conforme al trabajo sindical, en desocupados y en estudiantes.
Todo dirigente sindical que plantee que quiere derrotar el plan de ajuste, no importa la ideología que tenga, puede participar con los criterios ya descriptos. Pero también, para que no sea aparateado por la burocracia sindical, se debería usar el criterio de no dejar participar a los dirigentes sindicales que se hayan votado salarios que superen el salario que ganaba en su puesto de trabajo. De esa forma se impide un posible intento de copamiento del Congreso Obrero por la burocracia sindical (o que ramas de éstas vengan a desorganizar o provocar).
Y tras cada Congreso se elegirá de dirección una Mesa provisoria hasta el próximo Congreso. Que coordinaría las medidas de acción y las campañas votadas. También se deberá crear una comisión fiscalizadora –entre sindicatos, organizaciones de desocupados y partidos– que acrediten, de congreso a congreso, que efectivamente los delegados que se presentaron allí realmente lo sean, y cada vez, de evento a evento, se tendrá una idea más ajustada a la realidad. Y como se trata de delegados en las base, con ella puede recaudar para llegar a la ciudad que se convoque, y hacer colectas en el mismo evento si se trata de organizaciones de desocupados o de muy lejos y difícil acceso.

Sean estos criterio u otros más ajustados, lo cierto es que si se quiere al Congreso Obrero se lo pone en pie sin mayores problemas de criterios de democracia y representación.