viernes, 18 de diciembre de 2009

No sólo se quedaron Todos, sino que ahora peronistas “progresistas” y disidentes, y los resucitados radicales: proscriben a la izquierda

¡¡¡Que se vayan todos…, que no quede… uno sólo!!! Era la consigna con la cual hace 8 años, el 19 de diciembre por la noche, del 2001, la insurrección popular derribaba primero al ministro de economía Cavallo a la madrugada del 20 de diciembre, y por la tarde del mismo día al presidente De la Rua. Después vino Rodríguez Saa que cayó en una semana, y después Puerta por unas horas, para posteriormente el Parlamento darle el gobierno a Duhalde. El intento de éste de perpetrarse en la presidencia se le frustra con la brutal represión que lleva a cabo contra los desocupados en el Puente Pueyrredón, donde asesinan, el 26 de junio del 2002, a Kosteki y Santillán.

Duhalde elige a Kirchner para que sea candidato del PJ (el que por supuesto no se pronunció nunca contra estos crímenes), y tras su segundo puesto electoral y el abandono de Menem para realizar un balotaje, asume el gobierno. Poco después, el mismo Kirchner que había reprimido las movilizaciones del 2001 en Santa Cruz, rompe con Duhalde e hipócritamente se transforma en un paladín popular: en el abanderado del 2001.

Con 8 años de farsa de Néstor y Cristina Kirchner en pos de los derechos humanos, hace rato que ya empezaron a mostrar sus fieros y verdaderos rostros. Aunque ahora con la crisis del capitalismo mundial, y la perdida de las elecciones pasadas, conjuntamente a las luchas –donde se destacan los compañeros de Kraft, del Subte, y las organizaciones de desocupados– se ve más porque se han puesto muy nerviosos. Y el gobierno de los K ya ha perdido todo reparo en parecer progresista y democrático.

La crisis en el PJ y en la burocracia sindical, y el surgimiento de una nueva camada de luchadores obreros y sociales que lucha contra los despidos, los bajos salarios y el clientelismo del gobierno los han puesto en alerta, y junto a los radicales acordaron una nueva Ley electoral conocida como de “Reforma Política”. En dicha Ley, en la que en definitiva el PJ y la UCR dice: “No solo nos quedamos, sino que ahora proscribiremos a los partidos más pequeños”. Apoyando la Ley también está el PJ “disidente” de De Narváez y Solá, la Carrió , y hasta Pino Solanas y Sabattella que hablan en contra pero no proponen hacer nada contra ella.

Con el cambio de la ley electoral por los Kirchner, el Estado se mete dentro de la vida de los partidos al obligarlos a hacer internas abiertas –aunque solo tengan una sola lista interna–, y al ser abiertas los partidos pequeños están a la merced de la manipulación de los punteros político de los partidos grandes, que pueden llevar camiones de votantes para que triunfe el candidato del otro partido que más le sirva a ellos. La cuestión del financiamiento sigue igual, sólo que ahora los empresarios no podrán poner el nombre de sus empresas en los cheques que le mandan a los partidos patronales, y deberán hacer los aportes a titulo personal, o como siempre ocurre, con sus testaferros. De eso se trata la transparencia de la que habla el Gobierno de Cristina Kirchner y todos los políticos patronales.

También los partidos pequeños deben conseguir el 1,5 por ciento a nivel nacional en estas elecciones internas abiertas, y sólo así pueden presentarse a elecciones generales. Pero incluso el gobierno vetó dos artículos que daban más tiempo para realizar los cambios y adecuarse a los partidos chicos, de esta forma salvo los partidos arriba mencionados, nadie más podrá presentarse a elecciones.

Pero todo esto es casi anecdótico, hay algo mucho peor todavía. Esta Ley, y sus elecciones internas (primarias le llaman), son elecciones oficiales y de voto obligatorio para todos los ciudadanos, en las cuales el Ministerio de Interior se queda con los padrones, y por lo cual tendrían todos los nombres de los ciudadanos que votaron en cada una de las internas de los partidos de izquierda, perdiéndose así el carácter secreto del voto.

Evidentemente la crisis capitalista, y el resurgir de las luchas obreras lleva a la burguesía y a los partidos patronales a querer impedir un corrimiento electoral hacia la izquierda radical, o al menos más a la izquierda que la reformista centroizquierda, y al mismo tiempo a querer hacer listas negras para las patronales y los burócratas sindicales. Así hoy buscan impedir el ingreso a los activistas y luchadores a las fábricas y estructuras importantes, y mañana, cuando las luchas pongan en duda que clase es la que debe gobernar, sin ninguna duda, irán por mucho más.

Las escuchas telefónicas de Macri, al lado de estos objetivos “progresistas” de los K y sus seguidores, son casi un juego de niños।


¡Aumentos de sueldos ya! ¡Trabajo para todos!

¡Abajo la burocracia sindical!

¡Fuera el Estado de la vida interna de los partidos!

¡Abajo la reforma electoral del PJ y la UCR ! ¡No a las listas negras - Sí al voto secreto! ¡No a la proscripción de los partidos existentes!

¡Movilicémonos e impulsemos un Congreso Nacional de Delegados de Bases del Movimiento Obrero y desocupados para enfrentar los ataques del Gobierno y las patronales!


Liga Comunista de los Trabajadores

(Núcleo por la construcción de un Partido Obrero Revolucionario)