de Trabajadores ocupados y desocupados
La crisis económica mundial, manifiesta desde fines del 2008, ha puesto en una crónica crisis política algobierno de los K. Aunque ya desde fines del 2006, y principios del 2007, se empezó a constatar el agotamiento del plan económico, de allí la manipulación del gobierno de las estadísticas oficiales. Pero la crisis mundial de finales del 2008 termina por tirar por tierra todo el discurso de “proyecto nacional”, de “redistribución del ingreso” y el plan de usar todos los recursos estatales para favorecer a los empresarios supuestamente productivistas. Discurso que consistía –y consiste– en la típica mentira de que si a los empresarios les va bien, ellos van a invertir, y nos va a ir bien a todos. Y para esto, para que a los empresarios les vaya bien, es muy importante para estos gobiernos pagar la deuda externa, para poder pedir créditos en el mercado financiero mundial, y así consideran, o nos dicen, que vendrán capitales a invertir. Fracaso total, ni los capitalistas reinvierten, ni los capitales vienen a invertir, y el ‘desendeudamiento’ en realidad consiste en tomar más deuda, hambrear al pueblo y seguir hipotecando nuestro futuro.
El decreto 125, el adelantamiento de las elecciones, los candidatos testimoniales, los decretos de necesidad y urgencia para obtener más fondos, son todos manotazos de ahogado de un gobierno que –aunque todavía tiene el apoyo de importantes sectores patronales y de la burocracia sindical– frente al agotamiento del plan económico y la crisis mundial no logra hacer pie. Pero de este fracaso K salen fortalecidos otros sectores patronales, cuyos referentes políticos (de la UCR, PJ disidente, el PRO y la Coalición Cívica) mientras buscan marcarle la cancha, lo sostienen. Y, como políticos patronales que son, al igual que los kirchneristas, se desviven por seguir pagando la deuda externa.
Se ha abierto un período de roces y de politiquería burguesa, donde el gobierno buscará desesperadamente
sobrevivir con chances electorales, y la oposición, en sus diferentes variantes patronales –donde están también
los socialdemócratas, Pino Solanas del Proyecto Sur y De Genaro y su Constituyente Social- buscarán posicionarse electoralmente de cara al 2011.
Mientras tanto la miseria sigue creciendo y la crisis capitalista la siguen pagando los trabajadores y el conjunto del pueblo pobre. La asignación por hijo de 180 pesos que el gobierno se vió obligado a implementar, que antes sólo se recibía por recibo de sueldo, es al mismo tiempo el “blanqueo” de la idea de que ya no habrá trabajo para todos. De allí los puestos de trabajo chatarra creados por el gobierno (esas falsas cooperativas, que en realidad son brigadas de trabajo precarizado dependientes de los intendentes y gobernadores) que no sólo son
cotos de caza electoral, sino que algunas de esas ‘cooperativas’ a sueldo del gobierno se pueden trasformar en fuerzas de choque de los gobernantes para reprimir las luchas de los trabajadores.
Las patronales y los políticos capitalistas (sean oficialistas u opositores) son los máximos responsables por la crisis económica, debido a que defienden un sistema explotador bajo el cual estas crisis son inevitables. Y los dirigentes sindicales son profundamente responsables por estar de acuerdo con ellos y evitar de mil maneras que la clase trabajadora encuentre su camino independiente para enfrentar la miseria creciente, que se profundiza. De hecho, aunque el gobierno lograra salir de esta actual situación será –por la complicidad de la burocracia sindical– a costa de menos poder adquisitivo salarial y mayor precarización laboral y desocupación.
Debemos unirnos
Las luchas obreras –de los trabajadores ocupados y desocupados– que se dieron durante los últimos años han demostrado sobradamente que no podemos esperar nada de los burócratas sindicales, de los Moyano, Daer o de los Barrionuevo de la CGT; de los Yasky, Baradel o De Genaro de la CTA. Y estas luchas han demostrado que la pasividad de estos burócratas sindicales, y su compromiso con empresarios y gobiernos, fueron y son traidores puñales en la espalda del pueblo trabajador. Las paritarias en curso son el mejor ejemplo de cómo negocian de espaldas a los trabajadores y a la baja salarial.
Pero hay seccionales sindicales de varios gremios –cuyos dirigentes ganan lo mismo que en su puesto de trabajo–, docenas de comisiones internas y muchos delegados en infinidad de fábricas o establecimientos, junto con muchas organizaciones de desocupados y de estudiantes que quieren enfrentar esto. Debemos unirnos y ponernos en pié para enfrentar la actual situación de desocupación, salarios de hambre y precariedad laboral; y los golpes que preparan los empresarios y el gobierno para hacernos pagar la crisis del capitalismo.
Esas seccionales sindicales, las comisiones internas y los delegados del movimiento obrero junto a los delegados elegidos por las organizaciones de desocupados –también los estudiantes y representantes de Asambleas populares–, pueden convocar un Congreso de Delegados de Base y poner en pié un verdadero Parlamento de la Clase Obrera que unifique las luchas, que se transforme en un Comité de Lucha –regional y nacional–, por trabajo genuino para todos, aumentos de salarios, contra la flexibilización laboral, por la defensa de los recursos naturales, contra los permanentes ataques patronales a las comisiones internas y los derechos sindicales, y por el desprocesamiento y la libertad de todos los dirigentes y luchadores sociales.
Un Congreso de Delegados de Base que corte transversalmente a las centrales sindicales existentes y unifique a las organizaciones sindicales de base, junto a las organizaciones de desocupados, grupos, partidos y tendencias políticas de la clase que puedan dar la pelea en su interior por sus posiciones. Un Congreso de Delegados de base que nos permita unificarnos y organizarnos nacionalmente, que de congreso a congreso funcione con una dirección provisoria conformando un verdadero Comité de Lucha Nacional que busque unificar las docenas y
docenas de luchas que hoy se dan aisladamente. Un Congreso de Delegados de Base que se transforme en un polo aglutinante, que nos permita dar respuestas unificadas –solidaridad activa con las huelgas en curso, movilizaciones, cortes, etc.– hasta la Huelga General por tiempo indeterminado e imponer un pliego único de reivindicaciones logrando así que la crisis del capitalismo la paguen los capitalistas y no el pueblo trabajador.
¡Basta de luchar divididos! Unida la clase trabajadora es más fuerte, unidos podremos hacerles frente y derrotarlos. El gobierno, los políticos burgueses y los burócratas sindicales, especulan con nuestra división debido a la pérfida acción de la burocracia, y a la incapacidad –por sectarismos u oportunismos– de los grupos o partidos que se dicen representantes de los intereses de la clase trabajadora. Pero los trabajadores avanzados debemos batallar permanentemente contra los que quieran dividir las fuerzas de los trabajadores en lucha, y
será de esa unión de las filas de los trabajadores de donde saldrá la recomposición política-sindical del movimiento obrero: una nueva camada de dirigentes luchadores con una gran fortaleza que no puedan ser cooptados por las burocracias sindicales, enfrentando así a las patronales y sus gobiernos en mejores condiciones.
Llamamos a las seccionales sindicales, a las comisiones internas, a los delegados, a las organizaciones de desocupados y a los partidos de la clase trabajadora, a poner en pié el primer Congreso de Delegados de Base. Sabemos que no será fácil, que muchos de los que se dicen luchadores, clasistas y hasta revolucionarios, quieren que todo siga igual o muy semejante, que las luchas se sigan dando aislada y gradualmente, para en ese marco construir sus grupos o partidos apostando al crecimiento electoral. Esa no puede ser más que una política favorable a los empresarios y los partidos que defienden este régimen y sistema de miseria, explotación y engaño.
Si las comisiones internas de Zanon y el Sindicato ceramista de Neuquén, de Kraft, de Bagley, de Patty, el sindicato del Subte, Fate y la seccional San Fernando del sindicato del neumático, el SITRAIC –nuevo sindicato de la construcción– y el Garraham, para nombrar sólo algunas internas y sindicatos –y los partidos que se dicen de la clase trabajadora que las dirigen o influencian–, junto a las organizaciones de desocupados, pueden llamar a poner en pié ese Congreso de Delegados de Base. Así la lucha obrera y popular daría un inmenso salto hacia adelante y marcaría un horizonte claro para muchas más organizaciones de los trabajadores, de luchadores y nuevos honestos dirigentes obreros.
Grandes luchas nos esperan y sólo podremos triunfar si los obreros avanzados tenemos la capacidad de unificar el frente de los trabajadores y desocupados orientándolo contra los planes de hambre de estos gobiernos patronales.
*Libertad y desprocesamiento de todos los dirigentes y luchadores obreros y populares.
*Por salarios que cubran el costo de la canasta familiar. No a las negociaciones paritarias de espalda a los trabajadores. Por asambleas para discutir salarios y condiciones de trabajo entodas las fábricas y establecimientos.
*Ni un despido más. Ocupación y lucha por la nacionalización, bajo el control de los trabajadores, de toda fábrica que cierra o despida.
*No al desempleo, ni a la precarización laboral. Reducción y reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores disponibles, sin rebaja salarial. Por un Plan Nacional de Obras Publicas integralmente estatal –bajo control obrero–, de construcción de viviendas, hospitales, escuelas, carreteras, puentes, y el mejoramiento y la ampliación de la red ferroviaria nacional.
*No al pago de la fraudulenta deuda externa. Fuertes impuestos a las grandes ganancias. Que el superávit fiscal sea puesto a disposición de la creación de puestos de trabajo, de la lucha contra la miseria creciente, para la salud y la educación para todos.
*No al saqueo imperialista. Fuera imperialistas de Irak, Afganistán y Haití. Fuera las bases militares yanquis de América Latina. Fuera ingleses de las Malvinas. No a la expoliación de los recursos naturales.
¡Basta de luchar divididos!
¡Por un Congreso Nacional Obrero de Delegados de Base!