martes, 26 de junio de 2012

Frente al paro y la movilización de la CGT

Necesitamos una verdadera Huelga General

El triunfo del Frente para la Victoria por un 54 por ciento, hace 6 meses, le hace creer al gobierno K que puede ajustar aún más los salarios. No por casualidad CFK atacó a los docentes en la apertura legislativa del Parlamento a principios de año, no por casualidad desde el gobierno se viene tratado de extorsión o chantaje a toda huelga o lucha, no por casualidad armaron el Proyecto X para meter presos a los que luchan, y votaron la Ley anti-terrorista cuyo contenido está dirigido a los conflictos sociales. No, nada de esto ocurre por casualidad. El peronismo K, más allá de sus discursos y poses progresistas, es un gobierno anti-obrero decidido a hacer pasar los ajustes, para seguir pagando la deuda externa y financiar el desarrollo de lo que ellos llaman "la burguesía nacional"; una burguesía ultra-parasitaria del estado que es tan pro-imperialista como las mismas multinacionales.

Frente a la huelga de los Camioneros, y las críticas al impuesto a los salarios, fue Capitanich, el gobernador de Chaco, el más claro y franco a la hora de defender la política del gobierno del impuesto al salario y de quita de las asignaciones familiares, dijo: “es el impuesto más progresivo que existe en virtud de los ingresos. Cuando recauda menos, el Estado nacional transfiere menos recursos a las provincias. Una persona genera riqueza en función de su capacidad contributiva. Si el mínimo no imponible se ajusta tiene un impacto en menor transferencias a las provincias” (lapolíticaonline, 21/6) y que “eso también perjudica el funcionamiento de hospitales o de escuelas en provincias” (La Voz del Interior, 21/6). O sea, no les interesa de dónde salga el dinero sino que vaya a las arcas de las provincias, y nada de impuestos a los grandes capitales, a la renta financiera, a las ganancias de los empresarios o las fortunas. Lo bueno, "lo progresivo", es que con el 21 por ciento del IVA al consumo, con el impuesto a los salarios, con la reducción y quita de las asignaciones familiares, sean los trabajadores los que carguen con los costos de la crisis capitalista. Ni liberales gorilas como Alsogaray o Menem fueron tan lejos en la sinceridad para atacar el bolsillo de los trabajadores. Pero no sólo Capitanich, esto es lo que piensan todos los gobernadores y funcionarios kirchneristas.
Tampoco es casualidad que Moyano se quede a mitad de camino; por un lado critíca el impuesto a los salarios y el recorte, congelamiento y quita de las asignaciones familiares, pero al mismo tiempo, como Secretario General de la CGT no planteó una cifra de 25 o 30 por ciento cuando se iniciaron las paritarias para que ningún gremio arregle por menos, y apoya la política general del gobierno de pagar la deuda externa y de subsidiar y financiar a la burguesía. Hace un año apoyaba la fallida candidatura de Boudu a intendente de la Ciudad de Buenos Aires y ahora se muestra con Scioli; personajes tan pro-patronales como Cristina Fernández de Kirchner. Queda claro que Moyano busca permanecer al frente de la CGT apostando a un recambio político, en el 2015, surgido del mismo kirchnerismo, y para ello debe hacer equilibrio entre las presiones de sus bases y la necesidad de sostener al gobierno (así terminó aceptando el gremio camionero un 25,5 por ciento que en realidad es sólo un 17,5 por ciento para este año, y pagado en cuotas).

Sin embargo son altamente progresivas las reivindicaciones puntuales que están en discusión; como la suba del mínimo no imponible del impuesto a los salarios (aunque en realidad hay que anular ese impuesto); en contra de la reducción, el congelamiento y quita de las asignaciones familiares; y contra la coptación de la CGT al Estado que busca el gobierno. Pero, el moyanismo, con los métodos clásicos de la burocracia sindical, decreta el paro en vez de llamar a asambleas en todos los establecimiento, o al menos un congreso de delegados de base de toda la CGT, para que la medida tenga mayor fuerza arrastrando incluso a las bases de los gremios que no llaman a parar, como la UTA y tantos otros. Por esta ausencia de métodos de democracia obrera para decidir se corre el riesgo de que el gobierno eleve un poco el mínimo no imponible, y los topes a las asignaciones familiares, y Moyano levante el paro por TV, diciendo que fue un triunfo. Pero mientras esto no ocurra hay que impulsar el paro y la movilización, exigiendo una verdadera Huelga General discutida y votada en las bases.

    *No al pago de la deuda externa con el hambre del pueblo.
    *No a la criminalización de las luchas – Libertad y desprocesamiento de todos los   luchadores obreros y populares.
    *No a la estatización de los sindicatos, ni a la coptación de los sindicatos por el gobierno.
    *Por aumentos salariales, indexados mensualmente, que cubran el costo de vida.
    *No al impuesto a los salarios, impuestos a las ganancias financieras y empresarias.
    *Por Asambleas para discutir y votar -en todos los establecimientos o plenarios generales de los sindicatos- este paro y movilización.
    *Por un Congreso Nacional de Delegados de Bases que vote un verdadero plan de lucha hasta derrotar esta política anti-obrera de buscar cargar la crisis sobre los hombros de los trabajadores.

Liga Comunista de los Trabajadores

lct_revolucionproletaria@yahoo.com.ar

25-06-12