Los explotadores posan de víctimas
Los saqueos a supermercados que
comenzaron en Bariloche en las vísperas de la navidad, y que en
pocas horas se extendieron a cuarenta ciudades del país abarcando a
más de docientos comercios, según la misma cámara patronal del
sector, han sido una prueba contundente de que el hambre y las
necesidades más apremiantes cada vez se profundizan más en la
Argentina.
A pesar de la campaña desatada
por el gobierno de ataques al peronismo disidente, a los
sindicalistas de la CGT y la CTA opositora, al "narcotrafico",
etc. etc, y pasado más de una semana, en diferentes ciudades del
país se siguieron produciendo saqueos. Esto vuelve a corroborar que
no se trataba de un plan orquestado por "una mano negra",
sino que más allá de la posible participación inicial de algunos
punteros peronistas o de algunos marginales, pero no narcotraficantes
(los narcotraficantes, gracias a la política de vista gorda y
espacio aéreo liberado del gobierno, no tienen ninguna necesidad de
saquear supermercados) estos mismos sucesos no podía ocurrir hace 5
años por más que quisieran organizarlos.
Si hoy ocurren los saqueos a
supermercados es precisamente porque hay cada vez más desocupación,
más trabajo en negro con extenuantes jornadas, mayor precarización
del trabajo registrado y sueldos más bajos. Pero todo esto el
gobierno no lo quiere reconocer (aunque para contener los saqueos se
vio obligado a entregar bolsones de comida), y tampoco lo quiere
denunciar la oposición patronal como el PJ disidente, la UCR o el
FAP, por dos motivos centrales; por un lado porque no tiene un plan
económico alternativo, y principalmente, porque también quieren un
escarmiento contra los pobres, para que frente al hambre no salgan a
saquear supermercados y dejar muy mal parados a los gobiernos de
turno.
Los socialistas revolucionarios
de la LCT decimos que el verdadero saqueo es el que genera la miseria
y el hambre, y lo produce el gobierno y es abalado por los
empresarios y la oposición política patronal; es el saqueo al
trabajo con los despidos y los cierres de fábricas, es el saqueo a
los bolsillos de los trabajadores con los cada vez más bajos
sueldos, es el saqueo a los recursos naturales como con la
mega-minería, y, sobre todo, el gran saqueo, es el pago de la
fraudulenta deuda externa.
Los socialistas revolucionarios
de la LCT no impulsamos saqueos a supermercados, porque sabemos que
se trata de acciones espontáneas muchas veces guiadas por las
necesidades más urgentes, pero que son desmovilizantes de la clase
trabajadora, sin lograr atacar los problemas de fondo ni generar
alternativas política superadoras a las políticas de hambre de los
gobiernos patronales. Pero al mismo tiempo nos posicionamos por la
libertad de todos los detenidos, no porque los consideremos
luchadores sociales, sino porque los consideramos parte del pueblo
empobrecido víctima de estas políticas burguesas hambreadoras.
La CGT de Moyano y la CTA de
Micheli que protagonizaron una gran huelga general el 20 de
noviembre, ahora, en vez de darle continuidad al plan de lucha, sólo
se limitan a defenderse judicialmente de las acusaciones del gobierno
por los saqueos. Es que la burocracia sindical han decidido dejar
todo quieto hasta la discusión paritaria de marzo de año proximo,
pero, como viene ocurriendo desde hace cuatro años siempre terminan
negociando hacia la baja salarial, y el año siguiente no será la
excepción.
Para enfrentar el hambre y la
miseria la clase obrera tiene que luchar por poner en pie un Congreso
Nacional de Delegados Obreros. Un Congreso Obrero que unifique a la
clase trabajadores, sobre las diferentes centrales sindicales, y
donde los delegados representantes de las Comisiones Internas, de las
seccionales sindicales y de los sindicatos combativos, voten un plan
de lucha para derrotar la política patronal del gobierno de ajustes
y miseria.
No al impuesto a los salarios – Fuertes impuestos a las grandes
fortunas y ganancias de los capitalistas
Por un Plan Nacional de Obras Públicas -viviendas, escuelas,
hospitales, carreteras, etc.- integralmente estatal y bajo el control
de los trabajadores