¿Elecciones el año que viene, u
organizar la resistencia con la táctica del Frente Único Obrero?
Si
el triunfo del Brexit -votación que dió como resultado la salida de Gran
Bretaña de la Unión Europea- hace pocos meses, demostró lo profundo de la
crisis capitalista mundial y los pies de barro que tiene esa unión capitalista
de países europeos para poder soportarla, el triunfo de Donald Trump, en los
EE.UU., es una vuelta más de rosca en esa misma dirección. Pero se trata de la
potencia económica capitalista más importante del mundo, de allí que las
medidas que se tomen en los EE.UU. tendrán una implicancia mucho más profunda
sobre todas las economías nacionales, y más aún de los países semi-coloniales
como el nuestro, estén o no directamente conectadas a través de los tratados
comerciales. Este marco internacional de recesión y de mayor proteccionismo de
las potencias imperialistas no es precisamente el mejor para suponer que vendrán
inversiones o que se conseguirán nuevos mercados para la producción argentina.
Peor aún, la tendencia será hacia la pérdida de mercados, y de volumen
exportable, del encarecimiento del préstamo internacional, y habrá más
devaluación -ya devaluaron México y Brasil- y con ello una nueva pérdida
salarial y mayor desocupación.
En
este contexto la burocracia sindical de la CGT dejó pasar los despidos en
estatales y privados y la baja salarial de más de un diez por ciento sin hacer
nada. La jornada del 18 de noviembre, donde la CGT convocó a una marcha al
Congreso de la Nación, es un acto más de los aparatos sindicales sin propuestas
de lucha concreta. Están más atrás que en el acto que realizaron el 29 de
abril, donde todos los burócratas sindicales prometían que, de vetarse la ley
contra los despidos, iban a parar. Macri vetó la ley, y nada de eso ocurrió. Y
ahora no son capaces ni de luchar por un bono de fin de año, no remunerable, de
2.000 pesos para todos. Te quitan el pan de las manos y los burócratas de la
CGT están tan entregados que no pelean ni por las migajas que quedaron en la
mesa.
Las
CTA's, como es su histórica costumbre, llaman a paros inofensivos que no tienen
ninguna continuidad, y a gastar zapatillas en cansadoras marchas de protesta junto
a sectores de la Iglesia y a empresarios. Con la misma Iglesia que apoya al
gobierno y los mismos empresarios PyMES que piden más flexibilización de las
condiciones laborales.
Frente
al ajuste la izquierda clasista no tuvo casi reacción. En la autocrítica de
Altamira, dirigente del PO, de que en el año no hicieron nada conjuntamente las
fuerzas del FIT para enfrentar el ajuste, hay un reconocimiento pero también
una lavada de manos, porque termina de echarle toda la culpa al PTS de que no
hayan podido luchar. Olvidándose que, cuando el PTS y el Nuevo MAS se bajaron
del Encuentro Obrero de marzo, el PO les siguió el camino cuando lo correcto
era mantener el Encuentro Obrero junto a Izquierda Socialista, los Aceiteros,
la Línea 60, Ferroviarios, etc. El PTS hace lo mismo al echarle la culpa a
Izquierda Socialista de que no defendió a Dilma en Brasil, al no considerar
que el “Impeachment” sea un golpe parlamenta-rio, y por eso el PTS no fue al
acto unitario del 1ro de Mayo.
Pero
en marzo tanto el PO, el PTS, y el Nuevo MAS se esforzaron por frenar el
proceso hacia la unificación por las bases que venía avanzando, cuando
sabotearon desde la organización al Encuentro Obrero convocado por el Sindicato
de Aceiteros, y la Comisión Interna de la línea 60 entre otros. Izquierda
Socialista tuvo una posición más unitaria pero, como sus compañeros electorales
no lo impulsaban, retrocedió. Mantener las buenas relaciones para el frente
electoral, y los fines electorales, fue más importante que jugarse a llevar adelante
el Encuentro Obrero, lo que hubiera podido ser el puntapié inicial hacia un
Congreso Obrero de Delegados de base.
De
allí que la crítica que hace el MST a este acto en Atlanta, al ser éstos parte
de la directiva de la CTA, no tiene ningún sustento, ya que son más
electoralistas que el FIT y al estar -junto al PCR/CCC- con la burocracia
sindical, no quieren impulsar ningún Congreso Obrero de Base para enfrentar el
plan ajustador del gobierno de Macri. De igual forma, y aunque tengan razón el
Nuevo MAS y otros, al considerar electoralista -y sectario al mismo tiempo-
este acto, se trata sólo de una crítica vacía y contradictoria que no propone
otra perspectiva de lucha, sólo hacer otro frente electoral de izquierda…más
grande.
Como
se ve, todos estos estériles debates cruzados de partidos y grupos, tienen algo
en común: anteponer la táctica electoral por sobre la táctica del
frente único obrero. Y cuando se dan cuenta de que la ofensiva
estatal-patronal es brutal, y de la importancia de la unidad en las filas
obreras partiendo de sus sectores más avanzados, al querer igualmente mantener
la primacía del frente electoral, lo que buscan realizar es incluir al
frente único dentro del frente electoral, y allí se exacerban las peleas de
micro-aparatos por tener más control y prestigio -para después ser usado
electoralmente-, y eso imposibilita una amplia política de frente único obrero
e incluso, y por eso mismo, tampoco puede haber unidad obrera acotada a las
fuerzas del FIT.
Todas
estas fuerzas políticas se dicen socialistas y revolucionarias, pero no
encontrarán ningún artículo, ni cita, ni nada, de los maestros del socialismo
científico, que esté a favor de los frentes electorales permanentes, y
ni hablar de que a dicho frente electoral se lo contraponga y privilegie ante
el frente único obrero. Sin embargo, la desviación electoralista de las
direcciones del PTS, PO e IS, no les permite más que privilegiar el frente
electoral permanente para las elecciones aunque falten tres, dos o un año.
Y por eso mismo tampoco pueden tener una política más amplia hacia sectores de
masas, para bregar por un frente único obrero. Y más ridícula aún es la
situación, porque tampoco pueden ni concretarlo internamente en un encuentro o
plenario obrero. Y el Nuevo MAS, que no es parte del FIT, está igualmente
adaptado al régimen democrático burgués, porque critica la parálisis del FIT,
pero busca la solución por la derecha, o sea, no priorizando el frente único
obrero para derrotar el ajuste, sino un nuevo frente electoral más amplio.
Pero
tampoco se trata de romper la parálisis política haciendo algo sólo para estar
en movimiento. De lo que se trata es de salir del impasse actual y
encontrar el camino de la lucha que nos lleve a derrotar el ajuste, por lo
tanto al gobierno, y por eso mismo, a que la crisis la paguen los capitalistas.
Esto no se logra con que en el acto de Atlanta voten o acuerden dos o tres de
los partidos que lo componen, tres o cuatro tareas o actividades; sino con un
amplio llamamiento a poner en pie un Congreso Obrero de Delegados de Base, que
convoque a los que luchan y organice para derrotar el ajuste, dando una salida obrera a la crisis. Dicho de otra forma; se
trata de la lucha por el poder. Se trata de empezar a perfilar una política que
apunte a organizar y movilizar a miles, a cientos de miles, a millones. Una
política re-vo-lu-cio-na-ria.
La
izquierda tiene poder para convocar un Congreso Obrero de Delegados de Bases:
está el SUTNA bajo manos clasistas, el Ferrocarril Sarmiento con el Pollo
Sobrero a la cabeza, la AGTSyP con Dellacarbonara al frente, el sindicato
Ceramista de Neuquén, los múltiples SUTEBA’s Multicolor, la Junta Interna de
Hospital Garraham, la Junta Interna del Ministerio de Hacienda, ADEMYS,
SiPreBA, AGD-UBA, SITRAIC, Cresta Roja, la Línea 60 y la agrupación Al Volante,
la FUBA que co-dirige el PO, los docentes y estatales de Tierra del Fuego que
todavía resisten la represión, etc., etc. Los trabajadores necesitan este polo
clasista del movimiento obrero que dé lucha contra el ajuste del gobierno y las
patronales, y desenmascaren a las burocracias sindicales. Compañeros,
impulsémoslo.
Por un Congreso Obrero de Delegados de Base, con
representación de organizaciones de trabajadores desocupados y estudiantes en
lucha
-Libertad y desprocesamiento de todos los luchadores
sociales
-No al pago de la deuda externa con el hambre del
pueblo trabajador
-Arranquémosle, al gobierno y las patronales, un
aumento salarial que cubra el costo de la canasta familiar, indexado
mensualmente
-No a los despidos – Luchemos contra los cierres de
fábricas. Toma de fábricas y establecimientos frente a los despidos o
suspensiones, imponiendo el reparto de las horas de trabajo – No a los
vaciamientos de fábricas – Tomémoslas poniéndolas a producir y luchando por la
nacionalización bajo control obrero de toda fábrica que cierre.
-Trabajo para todos – Reducción de la jornada laboral
a 6hs, sin afectar los salarios
-Huelga General por tiempo indeterminado para derrotar
al ajuste
¡¡¡Basta de políticos patronales y sus planes de
hambre; por un Gobierno Revolucionario de los Trabajadores!!
¿Se puede realizar un Congreso Obrero de Delegados de Base?
Si
se tiene comprensión y voluntad política no hay excusa para no realizar
el Congreso Obrero de Delegados de Base. Sólo falta la voluntad, de los
partidos de la clase y los dirigentes obreros luchadores, para fijar criterios
comunes, de democracia y representación.
A
nuestro modo de ver, el primero y más obvio de los criterios a tener, para que
no sea aparateado el Congreso obrero por ninguna organización grande con
compañeros que no son obreros, es que en éste deberían tener voz y voto todo
miembro de organización sindical con cargo gremial, y de forma proporcional
su tiempo de exposición. Por ejemplo; los delegados de base de cualquier
sindicato con 5 minutos de voz, y los delegados generales de las estructuras
que superen los 500 compañeros, 7 minutos; los dirigentes de seccionales
sindicales 10 minutos y los compañeros de directivas nacionales 15, y 20
minutos para los secretarios generales. Así las intervenciones estarán
niveladas conforme al peso de la representación. De igual forma con el criterio
de un miembro un voto, no se menoscabaría a los compañeros que dirigen
organizaciones grandes, porque no sólo tienen más tiempo de exposición, sino
que las organizaciones más grandes, y si esa directiva sindical es realmente
representativa, puede llevar mayor cantidad de delegados al Congreso, para
hacer valer sus posiciones.
De
igual forma las organizaciones de desocupados pueden, conforme a su
tamaño, tener delegados y tiempo de exposición de los delegados de dichas
organizaciones (un delegado de 50 a 100 compañeros, dos delegados de 100 a 500
compañeros, y tres o cuatro de 500 a 1000 compañeros, 5 delegados a las
organizaciones de más de 1000 miembros) y de reconocidas agrupaciones
sindicales de trabajadores no registrados. Con parecidos criterios de
voto e intervención para los estudiantes centros de estudiantes,
universidades y federaciones estudiantiles, etc.
Los
partidos de la clase trabajadora (porque
los partidos patronales no pueden participar) también deberían tener tiempo de
exposición conforme a su tamaño. Por ejemplo, los grupos chicos el tiempo de
exposición sería de un delegado obrero (5m), de dos o tres delegados los
medianos, de 4 o 5 delegados los partidos que tengan presencia en 5 o 6
provincias, y de 7 u 8 los que tienen extensión y reconocimiento nacional.
Pudiendo unificar el tiempo de exposición de todos, en una o dos intervenciones,
si así lo quisieran. Esto tampoco va en contra de los partidos más grandes,
porque al mismo tiempo tendrán docenas de intervenciones defendiendo sus
posturas, conforme al trabajo sindical, en desocupados y en estudiantes.
Todo
dirigente sindical que plantee que quiere derrotar el plan de ajuste, no
importa la ideología que tenga, puede participar con los criterios ya
descriptos. Pero también, para que no sea aparateado por la burocracia
sindical, se debería usar el criterio de no dejar participar a los dirigentes
sindicales que se hayan votado salarios que superen el salario que
ganaba en su puesto de trabajo. De esa forma se impide un posible intento de
copamiento del Congreso Obrero por la burocracia sindical (o que ramas de éstas
vengan a desorganizar o provocar).
Y
tras cada Congreso se elegirá de dirección una Mesa provisoria hasta el próximo
Congreso. Que coordinaría las medidas de acción y las campañas votadas. También
se deberá crear una comisión fiscalizadora –entre sindicatos, organizaciones de
desocupados y partidos– que acrediten, de congreso a congreso, que
efectivamente los delegados que se presentaron allí realmente lo sean, y cada
vez, de evento a evento, se tendrá una idea más ajustada a la realidad. Y como
se trata de delegados en las base, con ella puede recaudar para llegar a la
ciudad que se convoque, y hacer colectas en el mismo evento si se trata de
organizaciones de desocupados o de muy lejos y difícil acceso.
Sean
estos criterio u otros más ajustados, lo cierto es que si se quiere al Congreso
Obrero se lo pone en pie sin mayores problemas de criterios de democracia y
representación.