Los
trabajadores gráficos de AGR vienen manteniendo una importante lucha de casi un
mes, cuando la patronal, Clarín, despidió a 380 trabajadores aduciendo que
tenían pérdidas y que los delegados no querían aceptar flexibilizarse para
amortizar dichas pérdidas. Pero nada
de eso es así, estaban desbordados de trabajo y la empresa empezó a trasladar o
tercerizar trabajos –en negro– haciéndolos pasar como impresos en AGR. Al mismo
tiempo para echar ese porcentaje de trabajadores deberían haber realizado una
convocatoria de quiebra y no se hizo, y también en su argumentación la patronal
está reconociendo que los despiden por persecución gremial. O sea, se mire por
donde se mire, todo es ilegal. Pero el gobierno de Macri está permitiendo la mayor
explotación que Clarín, y que, en general, todas las empresas buscan. Por eso
no es una cuestión sólo de buenos argumentos, y que la verdad esté del lado de
los trabajadores, eso en todo caso sirve para que las relaciones de fuerza se
puedan volcar hacia nuestro lado, pero en sí mismos los buenos argumentos no
alcanzan. De lo que se trata es de tener las relaciones de fuerza favorables
en el gremio, que es lo que logrará impedir la mayor explotación y los
despidos.
En ese
sentido creemos que la posición de la Lista Naranja de luchar por un Congreso
de delegados de base del gremio gráfico era correcta, pero después de que la
burocracia del sindicato salió con el paro (que no garantizó), desgraciadamente
esa línea se abandonó como eje, y hoy se plantea como plenario muy en general y
de vez en cuando, diluyéndose así la idea.
En
nuestra opinión, esa orientación del Congreso de Delegados de Base gráficos –y
no plenario de delegados, que es muy informal y puede ser manipulable por la
burocracia– debe ser llevada adelante como eje central y para eso hay que
centrar el trabajo militante de los
despedidos –y activistas solidarios– hacia la base del mismo gremio, para
modificar las actuales relaciones de fuerza desfavorables.
Para esa
tarea, a nuestro entender, nos parece funda-mental sacar un Boletín de lucha de
los trabajadores de AGR y formar varios grupos o comisiones de 4 ó 5 compañeros
cada una (con despedidos y activistas) para tomar las 7, 8 ó 9 estructuras más
grandes del gremio –preferentemente donde dirige la burocracia–, para tener informada
a la base, y que ésta sea el principal sostén del fondo de lucha, y al mismo
tiempo, presionar a la burocracia por asambleas en los establecimientos y por un
Congreso de delegados de base del gremio –de cara a los trabajadores gráficos.
Esa
relación, cara a cara, trabajador a trabajador, no se logra con las redes
sociales. Por supuesto, a las redes hay que usarlas, pero la diferencia la hace
el contacto directo entre los trabajadores. Y por último, pero no menos
importante, no cansarse de explicar, en los boletines, volantes u oralmente,
que ésta es una lucha de todos, que la ofensiva de Clarín es una avanzada del gobierno
y la patronal y si ella triunfa en esta lucha estaremos peor los gráficos, y
todos los trabajadores, para frenar las imposiciones flexibilizadoras-precarizadoras
y la desocupación en el gremio, y en el país. Pero al mismo tiempo, si
triunfamos, podemos poner en pie un movimiento que se pare de manos y dé pelea
con gran posibilidad
de éxito.
En
definitiva, toda la línea política para triunfar debe estar centrada primeramente
en movilizar a la base del gremio e imponerle a la burocracia tanto el Congreso
de delegados como un verdadero paro general gráfico –que por fuera de la
presión de un fuerte sector de las bases, la burocracia no lo va a garantizar–,
rebasando a la burocracia para imponer al sindicato el llamado a un Congreso
Obrero de delegados de base a nivel nacional del
movimiento obrero, con pocos ejes pero muy claros: contra los despidos, la flexibilización-precarización
y las rebajas salariales. Para eso es claro que hay que elevar la lucha al
plano político porque es al gobierno de Macri, y sus planes, que hay que
enfrentar.
Por más
que la burocracia diga que no quiere política -falso, sólo quiere la suya–; que
a la burocracia no le quede opción: o se pone a disposición de la lucha haciendo
lo que la base decida o se desenmascara con posibilidad de perder el gremio.
Ponerla entre la espada y la pared
es la orientación correcta.
Al mismo
tiempo no hay que tener ninguna confianza en los dirigentes burocráticos de los
sindicatos y las centrales sindicales. Ellos están más que comprometidos con el
gobierno y las patronales, y si se acercan es para “abrazar” al conflicto pero
para desgastarlo y que no se
salga de madres, pero no para que triunfe. De paso posan de luchadores y no
pagan el costo político de abandonarlos, porque lo cierto es que son
partidarios de flexibilizar las condiciones de trabajo y fueron cómplices el
año pasado de la pérdida salarial de más de un 10 por
ciento, y este año incluso piden un 30 por ciento, o sea, de un 8 a un 10 por
ciento menos de lo que fue la inflación el pasado año. Y si piden tan poco terminarán
arreglando por menos aún.
Se pueden
hacer muchas cosas por fuera del gremio para que se conozca el conflicto, y por
supuesto hay que hacerlas. Pero creemos que para que triunfe esta lucha,
primeramente hay que cambiar las relaciones de fuerza en el gremio. Más aún en
esta lucha que en cualquier otra anterior (por los estrechos vínculos del Grupo
Clarín con el gobierno y los políticos peronistas a los que responden los
burócratas sindicales) la orientación central pasa por ir hacia el gremio con
una política independiente de la burocracia sindical gráfica llamándola y
exigiéndole, o sea, sin ignorarla, pero no haciéndole seguidismo–, en lucha por
imponer un Congreso Obrero de delegados de base de todo el movimiento obrero
para derrotar al gobierno y las patronales. Sólo de esa forma la crisis del
capitalismo la pagarán los capitalistas.
Lejos de
rogarle ayuda haciéndoles algunas tibias críticas a los burócratas sindicales
de la CGT y las CTAs, hay que cuestionarlos fuertemente señalándolos como los
responsables de la situación de la clase trabajadora.
No es tarde, todavía se puede ganar en AGR, pero para
eso hay que cambiar las relaciones de fuerza en el gremio. Movilicemos a los
trabajadores del gremio gráfico por el paro general y el Congreso de delegados
de base que lo garantice.
¡Viva la lucha obrera! ¡Viva la lucha de los trabajadores
de AGR!
¡Luchemos por el Congreso de delegados de base gráficos
y por un Congreso Obrero de delegados de base del movimiento obrero que, contra
los despidos, la carestía de la vida y la flexibilización laboral, imponga una
verdadera Huelga General y una salida obrera a la crisis capitalista!