lunes, 26 de julio de 2010

LAS LUCHAS OBRERAS: LA PRUEBA DEL CARÁCTER BURGUÉS DEL KIRCHNERISMO

La reapertura de los juicios a los militares, la ley de medios audiovisuales, la asignación familiar por hijo, y ahora la ley de matrimonio homosexual, son todas posturas que hacen parecer a este gobierno como un gobierno progresista, de “izquierda”. Pero ninguna de esas medidas le cuestan dinero a las patronales ni al Estado, al contrario, la gran reserva monetaria existente el gobierno la destina a subsidiar a éstas. Incluso la asignación familiar por hijo, que ya se devaluó un 30%, no llega a todos los niños necesitados, y para aplicarla han reabsorbido los planes sociales de los desocupados. En definitiva, se tratan de medidas demagógicas, de un progresismo muy barato.

Decir que los trabajadores debemos pagar impuestos por consumir y hasta por trabajar es decir mucho, pero si al mismo tiempo un trabajador petrolero o marítimo está pagando de impuestos lo mismo que Ricardo Fort o Amalita Fortabat, ya es decirlo todo.

Pero es la lucha de los trabajadores lo que pinta de cuerpo entero al gobierno K., allí no tienen diferencias con los radicales, con Macri o con el PJ disidente. En infinidad de luchas, como la de los docentes neuquinos, de los trabajadores del Garrahan, del Casino, de Kraft o de Subte, por salarios, o contra los manoseos y la flexibilización laboral, y ahora la lucha por el pase a planta permanente de 1.500 trabajadores tercerizados y la reincorporación de unos 150 despedidos del ferrocarril. Es allí donde a los K. se le cae la careta de progresista y popular, y muestra su verdadero rostro patronal.

Los trabajadores deben dejar de confiar en todos estos políticos patronales y construir su propio partido obrero y revolucionario para terminar con esta sociedad hambreadora, explotadora y opresiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario