Votemos críticamente al FIT o al MAS
El próximo domingo 9 de agosto se realizarán las Primarias Abiertas, Simultaneas y Obligatorias (PASO). Se trata de elecciones internas -para elegir presidente, gobernadores, diputados, diputados al Parlasur, etc., etc.- de cada partido, o frente político, para posteriormente, en octubre, realizar las elecciones reales, entre los ganadores de éste domingo, y de allí saldrá el presidente (a menos que no supere el 40 por ciento de los votos o que no tenga una ventaja de 20 puntos con el segundo, sino deberá ir a un balIotage) y los gobernadores, diputados, etc.
Pero las PASO, que se anteponen a las elecciones reales, se trata de una mala copia de las primarias norteamericanas, donde cada partido burgués elige sus candidatos. Una de las diferencias, entre tantas otras, es que acá son obligatorias y que todos los partidos también tienen que presentarse a elecciones aunque tengan una sola lista. Esto último parece absurdo pero no lo es, porque lo que busca la ley kirchnerista, y la oposición patronal que la apoyó, es proscribir a todos los partidos o frentes políticos que no superen el 1,5 por ciento (unos 500 mil votos), de esa forma los partidos más pequeños, que no pasen las PASO, no pueden presentarse a las elecciones reales.
La disputa electoral se da en el marco del agotamiento del plan económico kirchnerista, lo que estos llaman "el modelo", que sólo se sostiene gracias a que hace más de un año vienen pateando los problemas más importantes para después de las elecciones presidenciales. Y a su vez éste agotamiento empalma con la caída del precio internacional de los productos agrarios -como la soja, el trigo, el maíz, etc.- y la actual crisis brasilera, principal comprador de productos manufacturados. Por supuesto que todos los candidatos presidenciales, con posibilidades de ganar (Scioli, Macri, Massa y hasta la “progresista” Stolbizer), dicen que de la crisis se va a salir con un plan económico de medidas gradualistas. Pero todos plantean pagar la deuda externa (y a los fondos buitres), bajar la inflación, reducir el déficit fiscal, salir del cepo cambiario -lo que hoy significa devaluar el peso-, aunque todos saben que eso no será indoloro, y que dichos dolores no lo van a sentir precisamente los empresarios. Todo lo contrario, a los empresarios, el futuro gobierno, sea de cualquiera de estos cuatro candidatos principales, se los tendrá como reyes porque lo que se está buscando es que se invierta después de tres años de caída de la inversión, o sea, que éstos tengan más márgenes de ganancias que las que hay actualmente. Como se ve, los empresarios fueron y serán los grandes ganadores del período peronista-kirchnerista.
La clase trabajadora también tiene sus propios partidos y candidatos. Está el MST con la fórmula Bodart-Ripoll; el MAS con Castañeira-Ayala; y el FIT, con dos listas: la de Altamira (PO) y Giordano (IS), y la lista -del PTS- de Del Caño y Bregman.
El MST viene haciendo eje de su campaña la orientación por la unidad de la izquierda hasta con Unidad Popular de De Gennaro, y otras fuerzas centro-izquierdistas como la de Zamora (AyL), todas estas fuerzas políticas son manifiestamente enemigas de la lucha por la emancipación del proletariado, o sea, de la revolución y el socialismo. Descartando a estos ultra-oportunistas electoraleros, que se dicen socialistas, sólo quedan el FIT y el Nuevo MAS -y correctamente éste último no avala las PASO- con una orientación desde los intereses de la clase trabajadora.
Por esto llamamos a votar al FIT o al Nuevo MAS porque son las dos únicas listas que -más allá de muchas críticas que se les pueda hacer- no plantean una orientación de colaboración de clases, sino que se sitúan en el plano de una salida política de la clase trabajadora. Pero al mismo tiempo nuestro apoyo se trata de un voto crítico, porque principalmente el PO e IS, pero también el PTS y el Nuevo MAS (y al igual que el MST), plantean en su agitación política -tanto gráfica como en la radio y la TV- que en el voto a ellos está la solución a los grandes problemas que tienen los trabajadores y el país; reiterando, una y mil veces, que si los votan a ellos la crisis la van a pagar los capitalistas. Pero decir esto es crear una doble falsa ilusión en los trabajadores; la primera es que en el marco de la democracia patronal está la salida; y la segunda falsa idea, es que es posible que en el capitalismo la crisis la paguen los empresarios. Nada de eso es así, y a los trabajadores hay que hablarles claramente para que los sectores más avanzados tomen conciencia de las tareas que tienen por delante.
Para terminar con la desocupación, el hambre y la miseria, la clase obrera debe conquistar el poder y ejerciendo ese poder imponerle las condiciones a la burguesía. Esa es la única forma de que la crisis, y los ajustes, lo paguen los capitalistas.
Votemos críticamente al FIT o al MAS
y
Sigamos en la lucha,
enfrentando el ajuste y la explotación capitalista, por la construcción de un verdadero
Partido Obrero, Revolucionario y Socialista
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