Este Encuentro Obrero, que se realiza en Lanús, se lleva adelante en
la mayor crisis del gobierno de Macri-Cambiemos. Hace menos de un mes
salió a la superficie el fracaso del plan económico, lo que muchos
venimos anunciando hace muchos meses. Sin embargo, no por ello el
gobierno va a retroceder en sus políticas anti-obreras, sino que va a
buscar ir más a fondo en el ataque a las condiciones de vida del pueblo
pobre y a las conquistas obreras. La ida del gobierno hacia el FMI busca
institucionalizar esos objetivos, comprometiendo con ello a la
burguesía toda y a sus partidos políticos. Y esto ocurre en un marco
mundial de mayor crisis y roces inter-imperialistas entre Europa y los
EE.UU. disputándose, y preservándose, los mercados con nuevos o mayores
aranceles y medidas proteccionistas. Esta situación de crisis mundial,
que repercute en el país y signan los años venideros, hace indispensable
el desarrollo de este Encuentro Obrero hacia un Congreso Obrero de
Delegados de Base que derrote con la lucha al gobierno, y su plan de
entrega y explotación. Ninguna otra herramienta de lucha lo logrará.
Al mismo tiempo el paro -sin ninguna continuidad de lucha- de la CGT es
un intento de estos de que no se note que están co-gobernando -junto a
gran parte del peronismo-, prueba de ello es que, hasta el burócrata más
mimado del gobierno de Macri, como es Fernández de la UTA, también
llama a parar. Igualmente hay que parar y hacerlo activo para que sirva
como denuncia al gobierno, y a su sostén que es la burocracia sindical.
Este Encuentro Obrero, o Plenario Sindical, debería ser el tercero o el
cuarto si se hubiera dado continuidad al fallido encuentro de Racing, o
cuando las condiciones también estaban dadas para ello, como en el
conflicto de AGR-Clarín a principios del año pasado, o posteriormente en
PepsiCo, a mediados del año. Pero nada de eso ocurrió porque las
direcciones de dichos conflictos, PO y PTS, se negaron a convocarlo, más
claramente en el último de estos que más próximo estuvo de las
elecciones. Es que estas fuerzas del FIT se ilusionaban con millones de
votos; ahora parece no ser el caso, parece que hay más claridad que los
votos no derrotan el ajuste ni cambian la situación.
La discusión
hoy está instalada en si este Encuentro avanza o no hacia un Congreso
Obrero de Delegados de Base. Mientras que el PO considera que de allí
debe surgir una nueva dirección de la clase obrera, así lo dicen en el
llamamiento, al que adhiere también el MST e IS. Pero el PTS, consideran
que, este Encuentro, si están sindicatos burocratizados como el
Sindicato Aceitero, no van hacia una nueva dirección del Movimiento
Obrero, o de ir esta nueva dirección será igualmente burocrática, y por
ese motivo no aceptó ser parte de la Mesa organizadora del Encuentro.
Desde nuestro punto de vista se trata de una discusión sin sentido
porque un Encuentro Obrero de esas características, que agrupe al
clasismo antiburocrático y sectores combativos del movimiento obrero que
quieran derrotar el ajuste, es la condición mínima de todo frente único
obrero para derrotar al gobierno y su plan. Y, es en la lucha donde
avanza la conciencia de cientos de miles de trabajadores, ayudando a los
trabajadores de los sectores burocráticos reformistas movilizados, y
también a los desmovilizados por la burocracia que los enchaleca en los
sindicatos. El centro está en desarrollar la lucha, y la organización en
organismos democráticos, y, con la intervención de los revolucionarios,
la lucha hará avanzar la conciencia de clase por la pelea por una
salida obrera a la crisis capitalista, y no meramente sindical. Es
absurdo poner la lucha por una nueva dirección desconectada de la tarea
de la hora, que es la derrota del gobierno y su plan de hambre.
Desde ya que no tiene ningún sentido rechazar a los sectores sindicales
que, aunque no tengan un pro- grama antiburocrático (y en algunos casos
son claramente burocrático) quieren enfrentar al gobierno. Si se tiene
se criterio sectario no se llamaría, por ejemplo, a la AGTSyP (los
metro-delegados) embretan- do a los burócratas-reformistas Pianelli y
Segovia, y demostrándoles así a las bases del subterráneo los límites
del kirchnerismo como variante política pro-patronal. De allí que no son
correctos los acuerdos superestructurales solamente con estas
direcciones burocráticas, como parece orientar el PO -y aceptar IS y el
MST-, sino también hay que buscar realizarlo por las bases. Un Congreso
Obrero de Delegados de Bases los obligaría a hacer asambleas en los
establecimientos y/o seccionales, a venir con una representación de
ella, y así, de cara a las bases, discutir el mejor programa para la
lucha, eso demostrará hasta donde quieren llegar. Y de no querer luchar
más o de querer romper el frente único quedará expuestos frente a sus
bases (al igual que los burócratas que dicen querer enfrentar al
gobierno, pero no quiera sumarse al Congreso Obrero de Delegados de
Base, como los sindicatos que responden a las cúpulas de las CTAs). No
se trata de un mero acuerdo por arriba entre las direcciones políticas y
sindicales, sino también por las bases. El frente único obrero es por
arriba y por abajo; exponiendo a las direcciones a la discusión y a la
decisión de las bases, en dichos congresos.
Ese Encuentro Obrero,
con el programa que hoy es llamado, debe ser un puntapié inicial para
la pelea política y sindical, o dicho de otra forma, partiendo de las
luchas actuales, su coordinación, su defensa y la movilización, hacia un
Congreso Obrero de Delegados Base nacional -con representantes de
organizaciones de desocupados y asambleas del pueblo pobre- donde se
debe discutir el programa y la ne- cesidad de la Huelga General, con
movilizaciones y piquetes, hasta derrotar al gobierno y su plan de
superexplotación, desocupación, hambre, miseria y represión. Discutiendo
un plan económico obrero de emergencia e imponiendo una salida obrera a
la crisis: un Gobierno Obrero.
* Por un Congreso Obrero de
Delegados de Bases, que cree un Comité de Lucha nacional para unificar y
coordinar las luchas en curso
* Reincorporación de todos los despedidos en el Estado
* Por salarios -y jubilaciones- que cubran el costo de la canasta familiar
* Fueras las tropas imperialistas y los acuerdos militares con los EE.UU. e Israel
* Por la libertad de los presos políticos y el desprocesamiento de los
luchadores - No a la represión - Por comités de autodefensa - No a la
extradición de Jonas Huala – Justicia por Santiago Maldonado y Rafael
Nahuel
*Abajo los tarifazos - Reestatización, bajo control obrero, de todas las empresas de servicios privatizadas
* Ruptura con el FMI - No al pago de la deuda externa con el hambre del pueblo
* Basta de fuga de capitales - Por la nacionalización de la banca y el comercio exterior
* Trabajo para todos - Reducción de la jornada laboral a 6 hs, sin reducción salarial
* Impulsemos un Congreso Obrero de Delegados de Base que rompa el cepo del 20 por ciento, frene y derrote los despidos
* Toma de toda fábrica que cierre, para ponerla a producir bajo control
obrero, y luchar por su estatización bajo control obrero
* Por la Huelga General, con piquetes de autodefensa, hasta derrotar este plan anti-obrero
* No a la dictadura de los capitalistas, sus políticos pro-patronales y sus planes de hambre y represión
* Por un Gobierno Obrero para llevar adelante un programa económico obrero de emergencia en beneficio del pueblo trabajador
LIGA COMUNISTA DE LOS TRABAJADORES
sábado, 23 de junio de 2018
viernes, 8 de junio de 2018
Al acuerdo FMI-Gobierno; que es más ajuste, más hambre, más desocupación, y sobre todo… más represión: Enfrentémoslo con un Congreso Obrero de Delegados de Base que imponga la Huelga General derrotando al plan hambreador
Quitando toda la complicada
terminología economista, lo que el Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el
presidente el Banco Central, Federico Sturzenegger, dijeron en la conferencia
de prensa donde anunciaron los acuerdos firmados con el FMI, fue: a)
Consiguieron un préstamo de 50 mil millones de dólares de los cuales 15 mil
entrarían en los próximos días y el resto vendrá según marche la aplicación del
plan; b) Se acordó la flotación del dólar, o sea, el dólar queda libre hasta
que encuentre “el equilibrio” -que el capital financiero desee; c) El tesoro
emitirá deuda en pesos para “rescatar” las letras intransferibles que están en
el Banco Central para así reducir las Lebacs que hoy son de 1,2 billón de
pesos; d) Después de esa colosal transferencia de dinero a los especuladores
financiero, se enviará un proyecto de ley al congreso para que el Banco Central
no pueda enviar dinero al gobierno -ni a pedido de éste ni del parlamento-, así
Banco Central responderá directamente al FMI, fijando también la tasa de
interés; e) El acuerdo da tres años de gracia para empezar a pagar al FMI, o
sea, empezaría a pagar el próximo gobierno; f) Permitirá al gobierno nacional
usar recursos, en caso de ser necesario, de un mínimo porcentaje del PBI, para
paliar la situación de los “más vulnerables”. Ese supuesto costado humano del
FMI no es más un mecanismo paliativo frente a la posibilidad de un estallido
social para poder desviarlo.
A cambio de esos 50 mil millones de dólares -más
5.600 millones de otros bancos- el FMI exige ajustar y ajustar hasta llevar a
cero el déficit fiscal en dos años, al 2020, lo que conlleva despidos en el
Estado y reducción salarial vía aumentos muy por debajo de la inflación (de
hecho el “aumento” del 5 por ciento que anuncia el gobierno corre sólo para
privados) y reducción de presupuestos en todas las áreas, pero fundamentalmente
en salud y educación. Y detener la obra pública la que también es considerada
un gasto público.
Junto a esto, entre otras
pérdidas de conquistas, una mayor flexibilización laboral, como terminar con
las indemnizaciones, y también la suba de edad jubilatoria a 70 años. Imponiendo
al mismo tiempo irrealizables metas de inflación, como un 17 por ciento sea el
2019 y menos de un 10 por ciento para el 2020. Aunque cualquiera sabe que es
falso, más que metas de inflación estos números son futuros techos salariales,
cuando la inflación se proyectará de un 5 a un 10 por ciento más, o más aún si
todo se les va de las manos, que es lo más probable.
Es que los tarifazos en los
servicios continuarán y mayores aun serán con un dólar flotante, porque las
tarifas de los servicios y el petróleo están dolarizadas. Y lo único que generó
trabajo, en los dos años pasados, fue la obra pública, que ahora se corta o
reduce drásticamente. No hay un solo elemento que indique que la economía vaya
a mejorar, más bien todo lo contrario. Y el gobierno lo sabe perfectamente.
Ya el Ejército está siendo sacado
de los cuarteles para colaborar con Gendarmería en la frontera, lo que indica
que progresivamente se multiplicará la presencia de la Gendarmería en las
calles para la represión de las luchas en el Gran Buenos Aires y las
principales ciudades del interior del país. Los acuerdos militares con los
EE.UU. e Israel apuntan a fortalecer la represión.
A todo esto la CGT se reunió
horas antes en la Casa Rosada con los Ministros con un pliego de
reivindicaciones, tales como el dinero de las obras sociales, que las
partidarias sean libres, que se retire las leyes de flexibilización del
congreso y que no haya despidos en los próximos seis meses, y diciendo
previamente que estaban dadas las condiciones para un paro. Pero, tras el
anuncio del 5 por ciento de aumento se retiraron de la reunión diciendo que
nunca fijaron fecha de paro... y que ahora entraban en un cuarto intermedio
hasta la semana que viene.
No es nada nuevo, hace dos años
que la CGT viene evitando luchar contra el ajuste, más aún, estuvieron a favor
de la ley de reforma laboral, sólo se reubicaron después de las grandes
movilizaciones de diciembre, del 2017, contra la reforma provisional.
Todo parece indicar que la CGT ya
se bajó del paro, y que éste sólo será realizado, el día 14 de junio, por el
gremio camioneros -si la patronal no les da el 27 por ciento que piden-,
docentes, estatales y posiblemente bancarios (pero estos ya firmaron el 15 por
ciento y ahora tendrán 5 por ciento más, lo que hace que sea dudoso que paren).
Pero estos gremios no se plantean organizar al conjunto de la clase
trabajadora, por ejemplo, convocando a un congreso de delegados de bases de
todo el movimiento obrero que quiera enfrentar el ajuste, y ni siquiera los
gremios que son de la CGT se van de ésta. Pero, aunque la CGT llamara a parar,
teniendo en cuenta todo el accionar que llevan adelante, obviamente hay que
llamar a parar, pero este paro solo será para descomprimir y no pagar ellos el
costo político. Por eso exigirles a los burócratas que luchen es una obligación
porque dirigen las centrales obreras, pero creer que estos pueden iniciar un
plan de lucha, como para derrotar este ajuste, es ilusionar infundadamente a
los trabajadores, ilusión que la mayoría ya no tiene.
Pero estos burócratas sindicales
no solo traicionan porque son unos gordos millonarios, sino también porque son
peronistas, o sea, como pro-capitalistas que son, no van a romper con el FMI y
el mercado financiero mundial. Prueba de eso es que las diferentes ramas del
peronismo -que piensan unificarse para las elecciones; Cristina Fernández de
Kirchner, Massa, Sola, Urtubey, y las organizaciones sociales que responden al
Vaticano, etc.- no dicen que no van a cumplir con este plan, a lo sumo dicen
que al plan del FMI le falta una pata productiva de desarrollo, y apuntaran a
incluírsela. En ese marco político los burócratas sindicales no van a hacer
nada diferente a lo que quieran las patronales y los partidos o fracciones
políticas a las que responden.
Sin embargo, a pesar de la
traición de los burócratas sindicales de la CGT y la CTA, luchas sigue
habiendo, y algunas demuestran que se puede triunfar, como los mineros de Rio
Turbio que lograron la reincorporación de los cesanteados; los docentes de
Neuquén, después de meses de lucha, lograron el aumento indexado
trimestralmente; los choferes de Expreso Lomas que lograron revertir los
despidos. Claro está que no todos son triunfos y que estos triunfos no alcanzan
para derrotar el ajuste. Para eso es necesarios, partiendo de las luchas, poner
en pie un Comité de Lucha y desde allí poner en pie un Congreso Obrero de
Delegados de Base -con representantes de desocupados, estudiantes en lucha y
organizaciones del pueblo pobre- pero no como un sindicato rojo, sino como un
órgano de lucha que llame a todos los sindicatos que dicen querer enfrentar el
ajuste. Embretando de esta forma a las direcciones sindicales que dicen ser
opositoras, y clarificándole así la discusión en la base trabajadora que quiere
luchar.
La izquierda clasista, en el
Plenario Sindical Combativo del 23 de junio que se realiza en Lanús, debe
apostar a poner en pie ese Frente Único Obrero, que enfrente tanto al gobierno
y las patronales como a la burocracia sindical entreguista; hasta imponer la
huelga general que derrote al gobierno y su plan de hambre y represión. Y que
también empezar a discutir un “plan económico obrero de emergencia”, porque sin
este plan económico no hay salida posible a esta crisis que llevará a más
hambre, desocupación y represión. Y para dejar bien claro, que este plan
económico obrero se lleve adelante son los trabajadores los que deben gobernar.
* Por un Comité de Lucha nacional
que unifique las luchas en curso
* Reincorporación de todos los
despedidos en el Estado
*Por salarios -y jubilaciones-
que cubran el costo de la canasta familiar
* Fueras las tropas imperialistas
y los acuerdos militares con los EE.UU. e Israel
* Por la libertad de los presos
políticos y el desprocesamiento de los luchadores - No a la represión - Por comités de autodefensa
* Ruptura con el FMI - No al pago
de la deuda externa con el hambre del pueblo
* Basta de fuga de capitales -
Por la nacionalización de la banca y el comercio exterior
* Trabajo para todos - Reducción
de la jornada laboral a 6 hs, sin reducción salarial
* Impulsemos un Congreso Obrero
de Delegados de Base que rompa el cepo del 20 por ciento, frene y derrote los
despidos
* Por la Huelga General, con
piquetes de autodefensa, hasta derrotar este plan anti-obrero
* No a la dictadura de los
capitalistas, sus políticos pro-patronales y sus planes de hambre y represión
*Por un Gobierno Obrero para
llevar adelante un programa económico obrero de emergencia en beneficio del
pueblo trabajador
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sábado, 26 de mayo de 2018
SOBRE CIERTAS POSICIONES DEL NUEVO MAS – UNA CRITICA
El pasado 9 de Mayo se llevó a cabo la marcha al congreso contra el tarifazo. Ese mismo día Manuela Castañeira, dirigente y figura pública del N.MAS, planteo, en dos entrevistas diferentes, que frente al avance anti-democrático y ajustador del gobierno, y como la situación económica no llegaba al 2019, lo correcto era adelantar las elecciones y exigirle medidas a la CGT.
Como se trata de una orientación politica general de la dirección del N.MAS al conjunto del pueblo trabajador (y no algo que todavía se esté debatiendo) nos parece pertinente polemizar con los compañeros de ese partido sobre esta orientación política, de cara a las masas y la vanguardia, para que a través del debate se clarifique que respuesta política es la que mejor se ajusta a la situación política actual.
En entrevista con Fernández Llorente de C5N Castañeira planteo (y pueden confirmarlo por la página del N.MAS) que: “No puede ser que siempre que allá un problema la paguen los trabajadores, entonces eso nos lleva también a otro problema democrático: Macri a estafado al pueblo argentino, lo hizo en la campaña electoral, entonces ahora el problema es ¿Cómo salimos de esto? (…) por eso la CGT tiene que llamar a medidas, hay que impulsarlo desde abajo, pero hay que hacer otra discusión también, que el gobierno de Macri, así no debería seguir y que el pueblo trabajador tiene que poder opinar, entonces desde ese punto de vista una salida también podría ser el adelanto de las elecciones”.
Se trata de una orientación política totalmente adaptada al régimen democrático-burgués y a la burocracia sindical. Castañeira dice que hay que presionar a la CGT desde abajo para que tome medidas ¿Cómo se presiona? La compañera no lo dice, pero en el último número de su prensa el N.MAS plantea, entre otras cosas, la formación de asambleas en los puestos de trabajo. Pero esto plantea dos problemas.
El primero es ¿Quién la convoca? Porque no lo puede hacer cualquier trabajador, que estaría a la merced de las represalias de la patronal. Solo el delegado, que cuenta con fueros, puede hacerlo sin que lo echen. Ahora si el delegado pertenece a la burocracia (sea esta de los gordos o independientes; sea del moyanismo o del kirchnerismo) y está en buenos términos con la empresa no va a pasar nada, a lo sumo se elevarán algunos reclamos a la oficina de personal. En el caso de que se esté en malas relaciones con la patronal la burocracia podría (léase bien, podría) llamar a una asamblea pero si no se cuenta con una firme oposición clasista es difícil que se tomen medidas de fuerza (y en el caso de que existiera se vuelve aún más difícil de que la burocracia convoque una asamblea).
La segunda ¿Por qué hay que limitarse a presionar a la burocracia? Porque al limitarse a exigir y presionar “desde abajo” lo que se hace es empujar, literalmente, a la burocracia. Pero ella no se queda inmóvil: verán cómo pueden empujar en sentido contrario sin perder el control de sus bases (y ya han mostrado muchos triunfos en ese aspecto). La posición trotskista clásica, que enseñaba León Trotsky (y que no ha caducado) es que la lucha no es por presionar sino por disputar la dirección de las masas. En una situación de retroceso como la actual la lucha que se impone es por el frente único obrero (y no por la más amplia unidad de acción, que es otra cosa). Y este frente tiene su concretización de la mano de impulsar un Congreso Obrero de Delegados de Base (del que trataré más adelante) Al quedarse la burocracia librada ante una situación donde solo se le presiona (y no se le disputa el mando político) entonces puede maniobrar con mayor holgura. Ahora pasemos a discutir el llamado a adelantar elecciones.
Consideramos que ese llamado no sirve para la independencia política de los trabajadores sino que, al contrario, refuerza su confianza política en el sistema republicano-burgués. Porque Macri-Cambiemos son, en definitiva, el gobierno que se encarga de llevar a cabo el ajuste porque gano las elecciones y porque la crisis capitalista mundial así se lo demanda y no solamente por convicciones políticas propias. Si en el 2019 (o el 2018, si se cumplen los deseos del N.MAS) se celebran elecciones el que las gane también se verá obligado a implementarlo, como señalo Nicolas Massot, cuando era entrevistado por Laje en A24 y no sabía que estaba al aire, o como Palazzo de la bancaria o Atilra, sindicatos dirigidos por kirchneristas, que se sumaron al club de “Paritarias al 15%”, contribuyendo con el ajuste, o los distintos diputados, senadores y gobernadores que no son de Cambiemos y sin embargo militan el ajuste igualmente. Entonces el llamado a elecciones termina perjudicando a las masas, porque en vez de combatir su atraso político con denuncias claras y políticas transicionales se termina yendo a la rastra de su atraso político, de los zig-zageos que puedan pegar y a partir de ahí elaboran política; es decir, se cae en el movimientismo, cediéndole a las ilusiones de las masas. Y de esta manera se pierde una gran oportunidad para denunciar el mecanismo de engaño deliberado que es el régimen democrático-burgués, porque como bien decía Castañeira, Macri había estafado en las elecciones (y no solo él, sino también la oposición burguesa), pero no es verdad que las masas puedan decidir mediante el voto, que es algo que los trotskistas principistas hemos venido denunciando desde siempre. No hacerlo es adaptarse políticamente. Es decir, acá el problema es el capitalismo; Macri-Cambiemos es solo un síntoma.
La dirección del N.MAS podrá atajarse diciendo que, como no existen organismos donde disputar la dirección de las masas, el llamado a elecciones pondría en jaque al gobierno y a la oposición burguesa. Pero precisamente esta clase de organismos se crean con la intervención de los revolucionarios y de la clase obrera en lucha. Y en esa lucha no tiene por qué ser ofensiva, no tienen por qué existir soviets u asambleas populares. Porque esa lucha, aunque para las masas sea defensiva, para nosotros, partiendo de allí, es ofensiva porque de lo que se trata es de derrotar al gobierno y su ajuste, aunque hoy no haya soviets o asambleas populares. Lo que nos vuelve a nuestro planteo por un Congreso Obrero de Delegados de Base para que el triunfo de esa lucha apunte a una salida de clase. Si no hay una salida de clase, un gobierno revolucionario de los trabajadores, no hay derrota del ajuste
En esta situación pre-revolucionaria (avanzada del gobierno sobre los trabajadores, jubilados y el conjunto del pueblo pobre, fracaso del plan económico, reconstrucción del PJ aún en proceso, luchas obreras y populares atomizadas) se vuelve fundamental el congreso obrero de delegados de base que no excluya a la burocracia sindical (que tiene todavía el control de la mayoría de los trabajadores) sino que esté abierta a todas las tendencias del movimiento obrero mientras estén a favor de lucha contra el ajuste y los ataques del gobierno, y se avengan a métodos democráticos de funcionamiento de dicho Congreso.
Pero esta condición no es solo por la fuerza de la burocracia sobre el movimiento obrero, sino que lo que se busca es que frente a un llamado concreto a encabezar la lucha contra el ajuste la burocracia sindical termine por desenmascarar su rol como cómplices del ajuste. ¿Pero cómo hacemos para ponerlo en pie? No renunciamos de la denuncia/exigencia a la burocracia, en los momentos y situaciones particulares donde corresponda, pero la izquierda puede (y debe) formar un comité nacional de luchas para agrupar todas las luchas en curso que están divididas y organizar plenarios abiertos a toda tendencia del movimiento obrero y desde allí luchar por poner en pie el congreso obrero de delegados de base.
La pasada asamblea del Hospital Posadas (donde participaron delegados de PAMI, Río Turbio, Ingeniero La Esperanza, etc.), el Encuentro de Trabajadores de Neuquén o el Encuentro del SUTNA son gratos ejemplos de que existe terreno fértil para esta propuesta y que no se trata de una abstracción. Más aún, los realmente revolucionarios no pueden limitarse a hacer lo que la burocracia sindical quiere hacer, porque si no dejaríamos pasar el ajuste sin dar real pelea, debemos dar un paso más en el sentido de la organización y la lucha. El congreso de delegados de base apunta a no quedarse a la saga, y como furgón de cola, de la burocracia sindical.
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