El amplio triunfo del kirchnerismo que superó el 50% de los votos, duplicando a la UCR de Alfonsin y al PJ Federal de Duhalde, ha creado una nueva situación política de cara a las elecciones presidenciales de octubre del 2011.
Sin embargo CFK, sus ministros, y en general todo el Frente para la Victoria se han mostrado muy cautos a la hora de los festejos. Saben que el triunfo de octubre está casi asegurado, pero que al mismo tiempo su plan económico se sigue agotando, y que con la profundización de la crisis internacional el panorama tiende a empeorar.
Este abultado triunfo se explica, por una parte, porque el gobierno logró administrar la crisis consumiéndose gran parte de las reservas, y por otra, porque la oposición patronal refleja más a la crisis del 2001-02 y sus políticos, situación que supo explotar el gobierno.
Esa administración de la crisis que creó una relativa estabilidad y la falta de percepción general en las masas de que la crisis mundial va a llegar a la Argentina también (o que ya llegó), junto a la explotación propagandística del gobierno de lo diferente que son las cosas, comparadas al 2001-2002 Así ha logrado contrarrestar los escándalos poĺiticos como la represión a los tobas en Formosa, el caso Socklender o la represión y muertes en Jujuy contra pobres que tomaron tierras.
En este último mes que queda hasta las elecciones de octubre, nada hace pensar que el triunfo se les vaya a ir de las manos al gobierno. la oposoción patronal de Alfonsín y Duhalde a lo que pueden aspirar es a mantener la mayor cantidad posible de parlamentarios, mientras Binner, y su Frente Amplio Progresista, que viene de obtener poco más del 10% de votos, a consolidar ese nuevo espacio ganado principalmente a la UCR y al casi difunto Proyecto Sur, que no llegó a superar el 1,5% de los votos para poder presentarse en octubre.
Los problemas que preocupan, y que busca ocultar el gobierno, tieneque ver con los desfasajes económicos que se fueron incubando en estos últimos ocho años. Problemas que se venían paliando con la gran recaudación fiscal proveniente de las exportaciones pero que ya no se puede ocultar más. El gobierno ajusta y se prepara para mayores ajustes.
La devaluación del Real en Brasil ha acelerado el proceso. La primer meta del gobierno es pagar los vencimientos de la deuda externa, arreglar con el Club de París, y volver a endeudarse para enfrentar con mayores margenes de maniobra a la crisis. Pero nuevamente, tanto los actuales pagos, como la furura deuda la pagaran los trabajadores con nuevos ajustes.
domingo, 2 de octubre de 2011
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