domingo, 2 de octubre de 2011

Libia: Frente a la caída de Gadafi

El Concejo Nacional de Transición (CNT), que nuclea a las fuerzas que iniciaron la rebelión en Libia, tomó el poder en Trípoli con el apoyo de los bombardeos de la OTAN. Y, aparentemente, Gadafi se refugió en Sirce, su ciudad natal, donde todavía tiene sectores fieles que resisten, y desde donde pretende negociar y resistir.

Mientras tanto se dieron a conocer documentos sobre la colaboración del gobierno de Gadafi con la CIA y otros organismos de inteligencia de las potencias imperialistas de Europa, colaboración que se profundizó después del atentado a las torres gemelas en Nueva York en el 2001. De allí que en el inicio de la rebelión, en febrero de este año, Gadafi responsabilizara con tanta insistencia a Al Kaeda, red casi inexistente en Libia, lo que buscaba con eso era el apoyo del imperialismo para la represión. Sin embargo el imperialismo después de vacilar inicialmente, le bajó el pulgar a su aliado en los negocios y la lucha contra el fundamentalismo islámico.

Con la caída de Gadafi, la rebelión de las masas árabes, comenzada en Túnez en febrero de este año, ha tirado abajo a otro dictador; sin embargo este triunfo democrático de las masas se empaña con la intervención del imperialismo comandado desde la OTAN, y abre una situación mucho más compleja aún.

Por un lado se abre una pelea inter-imperialista por el petróleo y el gas de Libia, y los contratos que seguramente serán re-negociados, sino todos, al menos gran parte de ellos. Francia, partícipe fundamental de la intervención imperialista, no se resignará a que Italia, otrora gran comprador del régimen de Gadafi, se quede con la mejor parte. Gran Bretaña y EE.UU también pedirán su parte en el negocio. Y el CNT se muestra favorable al saqueo que se planea; situación que también traerá crisis en el CNT porque diferentes sectores burgueses libios también querrán ser los nuevos favorecidos de la situación. Ni bien concluya la ofensiva contra los restos de la resistencia gadafista, más brechas se abrirán en este frente burgués cuyo único eje común es la oposición al régimen de Gadafi. Sin olvidar que los reclamos y las reivindicaciones de las masas progresivamente empezarán a tener más incidencia en la realidad.

Esta situación también crea el peligro de que el imperialismo busque invadir, ocupando Libia con tropas o bases militares, argumentando su necesidad para la "estabilidad" de la región, o para "ayudar" a la transición democrática. Frente a la resistencia de las masas y las luchas por mejoras sociales es muy probable que el imperialismo busque una intervención directa, tal vez disfrazada de cascos azules, y crear en Libia un protectorado de la ONU al nivel de Afganistán o Haití.

La liberación de los fondos, miles de millones de dólares, que el imperialismo le había retenido al régimen de Gadafi, están condicionados a que el CNT termine de derrotar a Gadafi y que reglamente a la fuerzas insurgentes, convirtiéndolos en policías, ni siquiera en el nuevo ejército libio. La burguesía y el imperialismo necesitan reciclar a los militares, y la estructura y experiencia represiva del viejo ejército de Gadafi para la nueva etapa que se abrió.

Esta situación desmiente que se trate de un rotundo triunfo de las masas libias, supuestamente por haber destruido el ejército burgués, como afirman la LIT-CI y otras organizaciones internacionales que se dicen revolucionarias, pero que en realidad no lo son y sólo buscan una salida democrática burguesa a la situación. Más bien se trata del desvío de una revolución, pero se trata de un proceso en curso porque todavía no han logrado desarmar a las masas, y por eso la situación no está totalmente cerrada.

Los trabajadores, y el pueblo pobre libio, nada bueno pueden esperar del gobierno del CNT, o de un gobierno sucesor nacido del CNT, ni siquiera confiar en el llamado a una Asamblea Constituyente, que no será ni libre ni soberana, porque será previamente negociada en Francia, con el visto bueno de EE.UU, y con las tribus (verdaderos clanes burgueses) para tener consenso burgués en la clase dominante Libia; sino que los trabajadores sólo deben confiar en su propia organización y lucha. Principalmente construir su propia organización política revolucionaria que lleve adelante y hasta el fin la revolución democrática transformándola en socialista. Porque las aspiraciones de trabajo, de buenos salarios o mejores condiciones de vida, por las cuales las masas árabes tiran abajo a estas viejas dictaduras no se pueden cumplir en el marco del capitalismo. Para eso hay que terminar con la propiedad privada de los medios de producción y planificar la economía de toda la sociedad, y eso sólo pueden hacerlo los trabajadores en el poder.

*No a los bombardeos de la OTAN - Fuera la OTAN y toda injerencia imperialista en Libia
*Ninguna confianza en el gobierno del CNT vendido al imperialismo
*Por el desarrollo de consejos obreros y populares
*No al desarme de las milicias - Por el armamento generalizado de todos los trabajadores
*Desconocimiento de todos los contratos firmados por Gadafi o el CNT y de los acuerdos políticos y militares
*Nacionalización del gas, el petróleo, la banca, la industria, y las propiedades de las multinacionales, bajo el control de los trabajadores
*Trabajo para todos - Reducción y reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores disponibles
*Por la construcción de un partido obrero revolucionario, que lleve a la clase obrera al poder gobernando desde los consejos obreros y ponga en pié de igualdad a todas la nacionalidades, permitiendo el derecho a la autodeterminación nacional y extendiendo la revolución
*Sólo el gobierno de la clase obrera en Libia frenará el saqueo a los recursos naturales, la guerra civil, y feroces represiones que los diferentes sectores capitalistas preparan.
*Por una Libia Obrera y Socialista, y una Federación libre y voluntaria de Repúblicas Socialistas del Magreb y del Medio Oriente

Liga Operaria Internacionalista, Brasil

Liga Comunista de los Trabajadores, Argentina

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