El FIT (Frente de Izquierda y los
Trabajadores compuesto por el PO, PTS, Izquierda Socialista y otros grupos)
conquistó una parte de esos millones de votos perdidos por el kirchnerismo,
llegando casi al millón de votos.
Pero esta importante elección de la izquierda fue realizada con una
campaña electoral de tipo socialdemócrata (o sea, de socialistas domesticados)
de parte del FIT y el MAS -y más aún Marea Popular o el MST que no tienen un
posicionamiento desde los intereses de la clase trabajadora-; sin poner en el
centro la necesidad de la lucha, sino la de llevar a "la izquierda al
congreso", donde, aparentemente democráticamente, se resolverían los
grandes problemas que tiene la clase trabajadora y el país. Demás está decir
que eso es falso, que una banca -ni siquiera veinte- en el parlamento no
resuelve los problemas de fondo, tales como salarios que cubran la canasta
familiar; trabajo y vivienda para todos; salud y la educación para todos y de
calidad, etc., o sea, para resolver las cuestiones más elementales se necesita
la toma del poder por la clase obrera, porque si no se le quita el poder a la
burguesía no habrá cambios de fondo, y cada día se estará peor.
Sin embargo es muy probable que
esta izquierda, que se dice revolucionaria pero que en realidad no lo es, logre
meter varios diputados en las próximas elecciones. Pero tal cosa no significa
un voto más rojo, más radicalizado por parte de los trabajadores, porque no
está reflejando un proceso de lucha importante, y por eso no se trata de una
mayor conciencia en amplias capas del proletariado, sino más bien refleja la
recaída del kirchnerismo, y que el grueso del Proyecto Sur haya sido cooptado
por el ARI y el radicalismo.
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