La intervención de Rusia fue vital para frenar el ataque de
los Estados Unidos a Siria, que es
acusada de usar armas química contra su población (algo difícil de comprobar y
dudoso si esa acusación y comprobación proviene de los EE.UU). El plan del
presidente ruso, Putin, compartido con el presidente sirio Al Assad, consiste
en que éste entregue las armas químicas y de esa forma Obama desistiría en
bombardear Siria. Pero esa nueva situación no resuelve ningún problema. Por un
lado, que un país se vea obligado a entregar sus armas para evitar un ataque o
una invasión no tiene nada que ver con una decisión soberana -y habla del
carácter de régimen de Al Assad-. Por otro lado, la entrega de las armas
químicas por parte del gobierno sirio no cambia el hecho de que el régimen de
Al Assad seguirá masacrando la rebelión que lleva dos años y más de 50 mil
muertos.
En definitiva, EE.UU parece más preocupado por la existencia
de armas química (que podrían ser usadas contra Israel) en poder de Al Assad
que en la defensa del pueblo que supuestamente había sido atacado por éste con
gases químicos, pero que es masacrado todos los días. Es que a pesar de todo Al
Assad sigue siendo una garantía para los EE.UU., y estos no desean un triunfo
rebelde que puede traer mayores problemas a la región.
No al ataque imperialista a Siria – Armas para las masas
sirias – Por milicias obreras y populares que frenen al imperialismo y derriben
al carnicero Al Assad.
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