El reacomodo de la CGT y la CTA, que ahora dice apoyar la lucha de Terrabusi, ha confundido a su Comisión Interna. Porque una cosa es ir a la reunión de la CGT, y hablar con Moyano y Daer, ahora que se dignaron a hablar, y otra cosa es salir a lavarle la cara a estos burócratas como hizo Bogado (de la CCC) y el delegado del MST con Yasky de la CTA. Cuando no sólo no llamaron a ninguna huelga o movilización, sino que ni aportaron ni aportan nada a los cortes de ruta. El gobierno y la patronal –y estos burócratas que son sus laderos–, sólo buscan darle largas al asunto hasta que un sector de trabajadores se desmoralice, y así, aunque todos los delgados vuelvan a entrar a trabajar, entran pero con despidos y una base derrotada o semi-derrotada.
El gobierno, desde el Ministerio de Trabajo, estuvo desde el primer día con la patronal, y si ahora se ve obligado a despegarse por consideraciones políticas de imagen, esto no significa que le hayan soltado la mano. Menos aún cuando se vio obligado a ir a los EE.UU. a pedirle la escupidera para volver a ingresar al FMI.
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