Los burócratas de la CGT, los Héctor Daer,
Carlos Acuña, Juan Carlos Schmid y hasta Pablo Moyano, con la excusa de
que el gobierno de Macri les prometió que no se va a realizar una reforma
laboral al estilo Brasil, no han llamado a parar con un plan de lucha, como
habían anunciado hace meses, y han trasladado su confederal que se iba a
realizar en septiembre a octubre, pasadas las elecciones.
Y a pesar de todo, con sus cuatro o cinco alas,
la CGT sigue unida y nadie quiere sacar los pies del plato. Es claro que la
devolución en cuotas del dinero de las obras sociales que kirchnerismo le tenía
retenidas, unos 29.000 millones pesos, los tiene a todos muy quietos. Pero hay
más, el macrismo extorsiona a los burócratas sindicales con hacer público su
patrimonio. El juicio contra el marítimo `Caballo' Suárez, el canillita Omar
Plaini o la detención del “Pata” Medina de la UOCRA de La Plata, lo tiene a más
de uno muy nervioso. Sin embargo, esa preocupación no lo incita a la lucha sino
a arreglar negociando con el gobierno. De allí la calma que hay entre los
jerarcas sindicales, incluso entre los más `combativos` no hay ánimos de lucha.
Terminarán entregando todo lo que puedan entregar porque a los burócratas
sindicales no los mueven las conquistas o los beneficios obreros, sino del
dinero que le ingresa a sus arcas, y, por supuesto, la libertad para poder
gozarla.
En ese marco los dirigentes del triunvirato de la
CGT, mientras tuvieron una nueva cita constructiva con Triaca, el Ministro de
Trabajo, ya han definido su voto por Cristina Kirchner, Sergio Massa y
Florencio Randazzo, con el argumento que hay que votar peronistas para frenar
la reforma laboral en el Congreso.
Pero que no haya una reforma laboral al estilo
Brasil, o sea como ley votada en el Congreso, no significa que no vaya a haber
flexibilización laboral. En este sentido nada dicen los burócratas
sindicales de las paritarias donde se han modificado los convenios colectivos
de trabajo de forma muy favorables a las empresas. Como en petroleros,
conducidos por Guillermo Pereyra, del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de
Neuquén, Río
Negro y La Pampa, sobre el que no tomaron ninguna medida por tal traición, sino
que más bien lo justificaron.
De cualquier forma, no se puede descartar que
realicen un paro sin continuidad, para hacer que algo hacen, pero eso no sería
“romper la tregua”, sería un nuevo engaño. Y ni así y todo, hoy por hoy, lo
quieren hacer, porque no quieren enfrentarse al gobierno de Macri; porque es
enfrentarse a la fuente de sus ingresos económicos, base de sus privilegios millonarios.
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