Por la
seguridad y la estatización bajo control obrero
La muerte de Matías Kruger, joven trabajador de Subte, por electrocución ante
la ausencia protocolos de seguridad y la negativa de la patronal adjudicataria
(negativa que cuenta con el aval del estado nacional y municipal, de la Ciudad
de Buenos Aires) a invertir en seguridad, es indicativo de lo que está
ocurriendo en la gran mayoría de las empresas privadas. Donde el lucro es más
importante que las vidas de los trabajadores. En lo que va del año Subterráneo
de Buenos Aires registra 5 muertos por “accidentes” de trabajo. Pero si se
podrían haber evitado, no son accidentes: son crímenes capitalistas. Como lo
fue la muerte de David Ramallo, el trabajador mecánico de la Línea 60 al que se
le cayó un colectivo encima por rotura del autoelevador; o Diego Soraire del INTA, que falleció de graves
quemaduras al estallar un biodigestor; o Ricardo Alcaraz el albañil aplastado
por una pared medianera que no fue apuntalada. Y tantas otras muertes que no
salen a la luz o de las que hay muy poca información o no hay estadísticas
serias.
Los trabajadores nucleados mayoritariamente en el
sindicato de AGTSyP
(de los metrodelegados), el día martes
13 han lanzado un ultimátum de 48 hs. para que la empresa establezca
protocolos, con nuevos dispositivos y elementos de seguridad. Algo que parece
que la empresa, el grupo Rogio, empezó a negociar.
Sin embargo no es sólo el protocolo de seguridad
por lo que hay que luchar, porque, aunque esa lucha se gane y la empresa se vea
obligada a aplicarlo, cargará los costos sobre la tarifa. Pero nadie sabe
cuánto recauda Metrovías, ni cuáles son sus costos y ganancias; y por lo
tanto, si esas carísimas tarifas de hoy tienen algo que ver con la realidad de
los números.
Pero igualmente todo es mucho más complejo porque
cuando se trata de inversiones en el Subte es el Estado el que debe hacerlas (y
allí se ve el carácter parasitario de estas empresas adjudicatarias que no
invierten pero se llevan todo lo que pueden), y es el Estado –el
jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta del PRO– el que se niega a invertir
para que haya protocolo de seguridad.
La lucha de los trabajadores del Subte es tanto por
sus vidas como por la seguridad y la accesibilidad al servicio de la población.
Por eso, para terminar con todas estas empresas parasitarias (como la de los
ferrocarriles) y que haya seguridad, tanto para los trabajadores como para los
usuarios, hay que luchar por echar a estar empresas y por el control obrero. O
sea, luchemos por la estatización bajo el control obrero, e impongámosle, al
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que se haga cargo del Subte con los
libros contables abiertos para que los trabajadores (y todos los ciudadanos)
sepan a dónde va el dinero, qué obra se está realizando, qué obras se
proyectan, etc.
Apoyemos toda la lucha de los trabajadores del
Subte pero diciéndoles a los trabajadores y usuarios la verdad de lo que son
estas empresas parasitarias del Estado.
Porque, por otra parte, los gobiernos y las patronales sólo dan algo
cuando están temerosos de perderlo todo.
-Viva la lucha de los trabajadores del Subte
por el protocolo de seguridad – No más muertes de trabajadores – Juicio y
castigo a los responsables
-Fuera las adjudicatarias Metrovías y Sbase – Apertura y publicidad de los
libros contables – Estatización del Subte bajo el control de sus trabajadores y
los usuarios
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